La palabra libertad ha sido bastante prostituida, confundida, malentendida, y bueno, pues subjetivizada como tantas otras definiciones en las que nos es tan difícil encontrar puntos medios. Para mí, la cárcel en la que vive la humanidad la hemos creado por tantos siglos ya, y parece que cada vez nos atascamos más.
Mi libertad ha sido siempre condicionada, desde el problema eterno de todo ser humano de enfrentarse con un mundo ya construido, pasos ya hechos que hay que repetir, hasta la dificultad emocional de limpiarse de los demás, de las expectativas, las rutinas, la necesidad de sobrevivir con algo tan básico como el hecho de que tenemos que alimentarnos, pero llegando aún más allá con la dificultad de teñirse de azul en un tumulto lleno de amarillo. Pero yo quiero ser azul.
Mis deseos se han visto, entonces, modificados tantas veces. La mayoría del tiempo he querido pensar que ha sido mi crecimiento y mis decisiones de acuerdo a experiencias el cambiar unos sueños por otros, el dejar algunas ideas atrás, e ir creando nuevas. Sin embargo, no es así. Y lo más difícil de aceptar es que hay una dualidad tan grande adentro entre querer tener una vida como se nos pinta desde siempre: Una casa, un medio de transporte, independencia con el tiempo suficiente para disfrutar la vida y mucha felicidad, que suponemos es causada por todas las anteriores. Sin entrar en detalles de superficialidad, sino dando por sentado que hablamos de un ser humano con sentido común y una profunda empatía con su propia emocionalidad, no se trata de cuestiones materiales o de dinero, se trata de sueños, de aspiraciones y de planes a futuro creados a base de estos.
Mi sueño de tener una ONG para salvar al mundo debió convertirse en un plan formado de qué tipo de organización quería crear, y en cambio se convirtió después en el deseo incontrolable de ser independiente, de tener una sala y una cocina propia y el dinero para mantenerla y embellecerla, y por supuesto tener los placeres nocturnos para disfrutar en buena compañía. En base a esto trabajé en una empresa reconocida, de esas llenas de gente disfrazada de seriedad, con sus sacos y corbatas, fingiendo que saben algo de la vida. Al ver que la cosa no iba por buen camino, y trabajar en cuestiones tan triviales como un contrato era lo más aburrido que había vivido, traté de enfocarme en la parte académica, estudiar hasta más no poder y ser algún genio de la intelectualidad, que llaman. Poco a poco me fui decepcionando de cada detalle del sistema educativo actual y de la mediocridad de nuestras exigencias a la inteligencia, y también cambié ese sueño.
Hoy, llevo años enfocada en una multitud de cosas, buscando el equilibrio que tanto he querido entre trabajo y estudio, independencia y crecimiento emocional, siempre buscando que a punta de obligación y un esfuerzo sobrenatural de hacer cosas que no me gustan, como buena caprichosa, pueda conseguir ese pedazo de cartón que le dan a uno, haciéndole creer la enorme mentira de que ese papel te prepara para ser un profesional, hecho y derecho. Pero ese es otro tema. El otro lado de mi balanza es mi laboralidad, el gran aprendizaje que he tenido de llevar 6 años trabajando, la mitad de esos en un lugar que me ha brindado las mejores oportunidades y donde he logrado acomodar mis ideas un poquitito más y sentir que crezco, sentir que por fin aprendo y me muevo, aún no tengo idea de para adónde, pero me muevo.
Mi estado actual pasó, por ende, a una comodidad similar a la de un viaje "todo pago". Camino cada mañana a un lugar lleno de amor, de cosas que hacer, de grandes retos y enseñanzas acompañadas de diversión, donde he tenido el honor de tener un impacto directo sobre otros seres humanos y ayudarles a crecer, aunque sea en medidas pequeñas, pero siempre gratificantes. Y este se ha convertido mi confort zone, en un cuadrito del que no he salido, porque no hay nada más cómodo que estar de vacaciones. Yo siento que estoy de vacaciones de mis propias ideas, y me entretengo realizando cosas que sí, me gustan, pero que no se acercan a lo que el corazón me dice que quiere hacer.
Ahora, me siento como un zombie, como todos aquellos que trabajan y estudian y luego leen un periódico y sacan a pasear al perro, y luego duermen o tal vez ven una película. Es que yo quiero azul. Nunca me he sentido cómoda en este disfraz de aguantar los años y sobrevivirlos, en vez de vivirlos. Y todo estaría bien si el saco y la corbata fueran para ir todas las mañanas a mi ONG, ¿entienden? Todo es diferente cuando el músico trabaja todos los días para montar su concierto a final de mes, sería otra historia si yo me levantara en las mañanas a construir una escuela en algún pueblito, o si estuviera por fin recolectando mis tantos escritos acumulados para volver a aburrir al mundo con la Punta de la Nariz. Pero no.
Entonces, no hoy, pero mañana (y con mañana me refiero a algo bien literal) me dirijo a romper la reja de mi cárcel, donde me siento como una pantera viviendo en un zoológico, y me encamino a conocer, entender, y sobre todo vivir, la libertad. El pánico y la adrenalina que siento al pensar que pronto me arrancaré cada cadena de mi cuerpo y podré levantarme y realmente hacer lo que quiero, cueste lo que cueste, aunque sean cien cosas a la vez, aunque tenga que cambiar de opinión de nuevo y volver a empezar, pero que sea mío. Una libertad mía, un quiebre de normalidad para recuperar mi azul interno y vestirlo por fuera también. Quebrar la idea de que solo los adolescentes pueden usar un mohawk, o andar en patineta, y conforme uno crece se adapta a la tonta rutina de ser menos sobresaliente, de comenzar a unirse a la línea de patrones mundiales como si esto fuera una competencia de quien puede parecerse más a quien, una sociedad de clones.
Yo no quiero ser un adulto con saco y corbata, yo no quiero tener un trabajo estable que me deje echarme las birras en la noche y tener una jornada fija al día siguiente, acumular unos días de vacaciones para pensar que un par de noches en la playa relajan el cuerpo (todos sabemos que no sirven pa' nada). Yo quiero vivir mi sueño con las lágrimas que conlleve, yo quiero que mis sacrificios en cosas que no me son placenteras sean para lograr otras que realmente me hagan brillar de emoción, yo quiero recuperar mis sueños de reconstruir pueblos en África y quiero llevarlos a cabo, no dejarlos en alguna fantasía infantil de las que recordamos viejos y compartimos porque nos devuelven la ilusión por instantes.
Yo quiero pintarme el pelo de colores a los 80 años si me da la gana (y si llego), y quiero caminar por países desconocidos buscando inspiración para un nuevo libro. Quiero hacer voluntariados y humanizarme con ellos para recordar que las paredes de un edificio jamás se van a comparar con lo que hay afuera de esos ventanales, incluso a la vueltita de la esquina. Y sobretodo quiero recordar que la presión del pensamiento generalizado y del movimiento en masa no es más fuerte que mis propias emociones y mis propias metas, y que puedo ser, y hacer, lo que quiera.
Y una vez más, imaginándonos un mundo lleno de amarillo, yo quiero azul.
ART
Dec 9, 2015
Dec 2, 2015
Torbellinos
Son como agujeros retorcidos en la cama, tal vez alguna pesadilla sobre insectos en mi cuerpo, alguna de esas incomodidades en las que creés que tenés una basura en el ojo y después de horas de intentar sacarla te das cuenta que no hay nada ahí.
Son como torbellinos de bipolaridades de las cuales no puedo escapar, y esto va mucho más allá de algún arranque de mal humor.
Son como respuestas tan borrosas que no logro leerlas con claridad, ni aunque estén en mi propia mente, como una pregunta en el examen que uno sabe que vio en la página 33 del libro a mano derecha, pero no logra recordarlo.
Son como torbellinos revoltosos en todo momento, y en un sólo día pueden pasar de un rosado pastel a un negro matte intenso. En todo este tiempo he tratado de estabilizar alguna de las miles explicaciones racionales, y aún así se me van volando de las manos, se me escurren, no se detienen.
Son como revelaciones nocturnas de alguna insatisfacción pasada, o incluso imaginaciones de cuestiones futuras, de posibilidades, de cuestiones inexistentes aún.
Son como preguntas duplicadas al segundo que se convierten en algún remolino, de absolutamente nada.
Son torbellinos que ya no puedo calmar.
ART
Esto son mis emociones.
Mi ansiedad nunca se había visto tan materializada. Escribí esto en 1 minuto.
Son como torbellinos de bipolaridades de las cuales no puedo escapar, y esto va mucho más allá de algún arranque de mal humor.
Son como respuestas tan borrosas que no logro leerlas con claridad, ni aunque estén en mi propia mente, como una pregunta en el examen que uno sabe que vio en la página 33 del libro a mano derecha, pero no logra recordarlo.
Son como torbellinos revoltosos en todo momento, y en un sólo día pueden pasar de un rosado pastel a un negro matte intenso. En todo este tiempo he tratado de estabilizar alguna de las miles explicaciones racionales, y aún así se me van volando de las manos, se me escurren, no se detienen.
Son como revelaciones nocturnas de alguna insatisfacción pasada, o incluso imaginaciones de cuestiones futuras, de posibilidades, de cuestiones inexistentes aún.
Son como preguntas duplicadas al segundo que se convierten en algún remolino, de absolutamente nada.
Son torbellinos que ya no puedo calmar.
ART
Esto son mis emociones.
Mi ansiedad nunca se había visto tan materializada. Escribí esto en 1 minuto.
Nov 17, 2015
Tu aroma
Entre los caminos y las sustancias
y las risas y los besos,
entre las miradas desesperadas,
y las amontonadas,
te agarré la mano
como niña perdida
esperando que la espera
valga la pena
esperando
que no me fallen las ganas,
que no te me vayas.
Mientras pienso y me vuelco
y me enredo y regreso,
mientras me asusto
pero me quedo
me pregunto si tu piel entiende
mi afición con ella
y si tu mente me ve
entre tantas estrellas
me pregunto si tus labios me penetran
como tu tez.
Entre las palabras y las historias
y las distorciones y los arranques
entre conocerte y entenderme
y sobretodo
quererte, quererme,
te abracé como si supiera,
y me inventé la seguridad
de que mi adicción a tu aroma
es algo más.
Te cedí los pedazos que me quedan
como quien gana una medalla de oro
como quien llega a alguna meta
no sé si por ganas
si por sueño
o realidad.
Mientras alucino y parpadeo
y me enojo y te quiero
en esta maraña de emociones
que no entiendo,
espero que tu aroma se me quede
hasta el fin,
que se me impregne
en la punta de mi nariz.
Que te quedés conmigo
en esta esquina adormecida
en alguna escritura
tan tuya y tan mía,
para luego brindar.
Y que vos y yo se convierta
en una palabra unísona
en un molde de paz,
que tu aroma sea mío
para no delirar.
ART
¡Como te voy a extrañar!
y las risas y los besos,
entre las miradas desesperadas,
y las amontonadas,
te agarré la mano
como niña perdida
esperando que la espera
valga la pena
esperando
que no me fallen las ganas,
que no te me vayas.
Mientras pienso y me vuelco
y me enredo y regreso,
mientras me asusto
pero me quedo
me pregunto si tu piel entiende
mi afición con ella
y si tu mente me ve
entre tantas estrellas
me pregunto si tus labios me penetran
como tu tez.
Entre las palabras y las historias
y las distorciones y los arranques
entre conocerte y entenderme
y sobretodo
quererte, quererme,
te abracé como si supiera,
y me inventé la seguridad
de que mi adicción a tu aroma
es algo más.
Te cedí los pedazos que me quedan
como quien gana una medalla de oro
como quien llega a alguna meta
no sé si por ganas
si por sueño
o realidad.
Mientras alucino y parpadeo
y me enojo y te quiero
en esta maraña de emociones
que no entiendo,
espero que tu aroma se me quede
hasta el fin,
que se me impregne
en la punta de mi nariz.
Que te quedés conmigo
en esta esquina adormecida
en alguna escritura
tan tuya y tan mía,
para luego brindar.
Y que vos y yo se convierta
en una palabra unísona
en un molde de paz,
que tu aroma sea mío
para no delirar.
ART
¡Como te voy a extrañar!
Oct 26, 2015
Entre tanto
Me suponía hecha y derecha, entre paredes construidas con mis propias manos, en una constante remodelación de vida, pero siempre vida, creada, mía. Entre los cuadritos del suelo no he logrado decidir si quiero líneas o liso, si me inclino por cafés o grises, o si me lanzaré a algún alocado extremo de negros y rojos.
Me veía sosteniendo una fe natural, no religiosa, que cada vez cobraba más forma dentro de mi cabeza, y al final eso era suficiente. Un poco de constancia espiritual para llenarse los días de aire puro y algo de fuerza; el cuerpo siente los años. Entre mis esperanzas emocionales siempre estaba la de conectarme con mis estrellas, mis enlaces, mis antenas; hacerlas conscientes.
Me hacía con toda la serenidad que podía, y me re-hacía con toda la confianza que lograba proyectar, aunque en el fondo hubiera un torbellino de enredos, saludos y despidos, de tanta maraña, tanta discordia, tanto disconfort conmigo misma y tanta pero tanta culpa. Pero yo me hacía, yo decía, yo caminaba y yo sonreía.
Me suponía realizada, esclarecida, grande. Aunque en el fondo, sólo quería hacerme pequeñita y esconderme en algún bolsillo, y justo de ese tamaño me sentía, capaz de entrar en el zipper pequeño de la billetera, en cualquier agujero de un sweater viejo. Me sentía tan bajita para la altura de mi cruz, pero yo me creaba más grande que mis alas y seguía.
Me creía fuente de luz, para no apagarme. Un fuego abismalmente iluminado, fuego de amanecer, de sol y estrellas, de fogata con marshmellos, de calor y música, de felicidad. Y frente a la dificultad de creerme capaz de bien, yo quería tomar el camino de quien me quiso.
Me suponía decidida e independiente, y cada día me construía para no ser nada menos que eso. Una torre de chispas, una estructura antigüa, tal vez un trueno. Y entre tanta suposición, cada vez que caigo me cuesta más suponerme y construirme de cero, si en el fondo soy también una ruina de sacrificios llena de gradas por las que rodaron tantas vidas.
Me creaba a cada instante, en la búsqueda de volver realidad la aspiración, y por allá la luna llena me recuerda que no soy inmune a su dolor, y que las marcas que quedan no se pueden olvidar, ni se pueden superar. Por allá mi cicatriz me dolerá cada vuelta al sol cuando al cielo le de la gana; y en vez de crearme diferente, tal vez sea mejor verme.
ART
Entre tanto estruendo, me faltó volver a ver pa' dentro.
Me veía sosteniendo una fe natural, no religiosa, que cada vez cobraba más forma dentro de mi cabeza, y al final eso era suficiente. Un poco de constancia espiritual para llenarse los días de aire puro y algo de fuerza; el cuerpo siente los años. Entre mis esperanzas emocionales siempre estaba la de conectarme con mis estrellas, mis enlaces, mis antenas; hacerlas conscientes.
Me hacía con toda la serenidad que podía, y me re-hacía con toda la confianza que lograba proyectar, aunque en el fondo hubiera un torbellino de enredos, saludos y despidos, de tanta maraña, tanta discordia, tanto disconfort conmigo misma y tanta pero tanta culpa. Pero yo me hacía, yo decía, yo caminaba y yo sonreía.
Me suponía realizada, esclarecida, grande. Aunque en el fondo, sólo quería hacerme pequeñita y esconderme en algún bolsillo, y justo de ese tamaño me sentía, capaz de entrar en el zipper pequeño de la billetera, en cualquier agujero de un sweater viejo. Me sentía tan bajita para la altura de mi cruz, pero yo me creaba más grande que mis alas y seguía.
Me creía fuente de luz, para no apagarme. Un fuego abismalmente iluminado, fuego de amanecer, de sol y estrellas, de fogata con marshmellos, de calor y música, de felicidad. Y frente a la dificultad de creerme capaz de bien, yo quería tomar el camino de quien me quiso.
Me suponía decidida e independiente, y cada día me construía para no ser nada menos que eso. Una torre de chispas, una estructura antigüa, tal vez un trueno. Y entre tanta suposición, cada vez que caigo me cuesta más suponerme y construirme de cero, si en el fondo soy también una ruina de sacrificios llena de gradas por las que rodaron tantas vidas.
Me creaba a cada instante, en la búsqueda de volver realidad la aspiración, y por allá la luna llena me recuerda que no soy inmune a su dolor, y que las marcas que quedan no se pueden olvidar, ni se pueden superar. Por allá mi cicatriz me dolerá cada vuelta al sol cuando al cielo le de la gana; y en vez de crearme diferente, tal vez sea mejor verme.
ART
Entre tanto estruendo, me faltó volver a ver pa' dentro.
Oct 16, 2015
Mas allá
Más allá de mis manos
hay un mundo olvidado,
guardado,
escondido entre recuerdos
y amontonado en sus propias tripas.
Entre sus tantos materiales
inservibles
se encuentran deseos incontrolables,
metas incompletas
y frases a medias.
Más allá de mis ojos
hay un alma inhabitada,
desahuciada,
en el mismo escondite por tantos años
sin siquiera hacer el intento
de salir,
no al desnudo.
Y entre sus tantos matices de aura,
azules y rojos por doquier,
hay incluso gris y blanco
buscando rendijas
para aparecer.
Más allá de mis decisiones,
tan malas,
hay una mente
que sabe que debe perder,
para aprender.
Entre las alineaciones tan aceleradas,
laberintosas
y complejas de esos pensamientos,
hay más de un resultado atrapado,
que algún día entenderé.
Más allá de mis palabras
hay un remolino de sentimientos
que jamás podrán ser dichos,
que no se pronunciarán,
que no evocarán sonido,
ni siquiera musical.
Y de todas las emociones revueltas
que trabajan todos los días
para bombear el alma;
porque así quiero creer que es;
siempre voy a escoger:
la pasión incierta,
que me hace sentir hasta las venas
la vida que me rodea.
ART
Un poco del más allá para recordanos que somos más que lo terrenal.
hay un mundo olvidado,
guardado,
escondido entre recuerdos
y amontonado en sus propias tripas.
Entre sus tantos materiales
inservibles
se encuentran deseos incontrolables,
metas incompletas
y frases a medias.
Más allá de mis ojos
hay un alma inhabitada,
desahuciada,
en el mismo escondite por tantos años
sin siquiera hacer el intento
de salir,
no al desnudo.
Y entre sus tantos matices de aura,
azules y rojos por doquier,
hay incluso gris y blanco
buscando rendijas
para aparecer.
Más allá de mis decisiones,
tan malas,
hay una mente
que sabe que debe perder,
para aprender.
Entre las alineaciones tan aceleradas,
laberintosas
y complejas de esos pensamientos,
hay más de un resultado atrapado,
que algún día entenderé.
Más allá de mis palabras
hay un remolino de sentimientos
que jamás podrán ser dichos,
que no se pronunciarán,
que no evocarán sonido,
ni siquiera musical.
Y de todas las emociones revueltas
que trabajan todos los días
para bombear el alma;
porque así quiero creer que es;
siempre voy a escoger:
la pasión incierta,
que me hace sentir hasta las venas
la vida que me rodea.
ART
Un poco del más allá para recordanos que somos más que lo terrenal.
Oct 15, 2015
Now that you're leaving
Running in circles like if there's a different line, I'm starting to believe I was wrong all along. But life is about that, isn't it? Being wrong without understanding why or how, and then dropping off in the middle of the highway cause there's nothing else to catch. Under the blankets that I thought were yours, I realize maybe we don't even know what we were looking for. And besides all the pain and the struggle, I still believe, even while I let you go and watch you leave, I believe there was something so worthy between you and me.
Trying to understand what can I fix to make this work, I'm starting to see that maybe you were never here, never with me. Maybe I was under the illusion that by feeling your soul the way I know I did from the first time, it would be enough to stand up, and fight. Now that I lose again while looking for my way out, I wish I could offer you all the smiles I saved.
And now that you go, and it hurts to the bones, I'll stay here with my broken illusions, maybe my lies, and my constant believe, in you and I.
ART
I'll believe, even while you leave.
Trying to understand what can I fix to make this work, I'm starting to see that maybe you were never here, never with me. Maybe I was under the illusion that by feeling your soul the way I know I did from the first time, it would be enough to stand up, and fight. Now that I lose again while looking for my way out, I wish I could offer you all the smiles I saved.
And now that you go, and it hurts to the bones, I'll stay here with my broken illusions, maybe my lies, and my constant believe, in you and I.
ART
I'll believe, even while you leave.
Oct 9, 2015
Sep 26, 2015
Mis pasos
Entre mis pasos suburbanos y cautelosos, me reuní con alguna espina dorsal en medio de la noche, para recordarte. En la ciudad había más dificultades de comunicación de las que ya de por sí tenía, recordándome que el dominio de las palabras no es nada en este espacio tan indescriptible e inexpresable.
Ojalá pudiera mostrarte un camino al fondo de tu propia pupila, para que entendieras su matiz, pero el mundo gira muy despacio; y yo, pues giro con él.
Entre mis pasos calcinados y aburridos, te recordé. Se me hizo más grande la calle y me encogí como un niño abandonado, pensando que nuestra triste suerte no es más que polvo acumulado, del que no se va.
Al final, algún bar tendrá las suficientes botellas para sostenernos las ideas, y entre lo monótono del alma vieja, te recordaré aún sonriendo, como si de algo valiera.
ART
Las sonrisas son bien mentirosas, pero aún así las quiero.
Sep 15, 2015
Una poesía
Entre estas palabras enredadizas que me regalás día con día, me he apresurado a sentirlas por si mañana se van. Cuando me encuentro algo perdida entre tantas acciones repetidas, me sumerjo en la ilusión de lo que, espero, vendrá. Y después de los subibajas que han sido nuestros encuentros, me pregunto cómo sería un día con tu presencia, con tu olor, con la compañía de tus palabras entre las mías.
Entre tantas frases que nos hemos dicho me da por encontrar una que otra utopía disfrazada de realidad, una que otra palabra que dijo algo y tal vez en realidad quería decir otra cosa. Después de tantos laberintos desenredados me es complicado perseguir una sola luz, y eso es lo que más me encanta. Entre tus palabras y las mías tal vez se forman sustancias desconocidas aún, tal vez podamos regalarnos más palabras, y yo te pueda dar una poesía.
Entre tantas frases que nos hemos dicho me da por encontrar una que otra utopía disfrazada de realidad, una que otra palabra que dijo algo y tal vez en realidad quería decir otra cosa. Después de tantos laberintos desenredados me es complicado perseguir una sola luz, y eso es lo que más me encanta. Entre tus palabras y las mías tal vez se forman sustancias desconocidas aún, tal vez podamos regalarnos más palabras, y yo te pueda dar una poesía.
ART
Sep 13, 2015
Hoy
Me he sentido cambiada tantas veces en la vida, que el cambio es ahora más una necesidad que una simple decisión. Necesito sentir historias nuevas, retos nuevos, información diferente adquirida, experiencias distintas, imagen cambiante con pelo de diferentes formas y tamaños, con ropa de distintos colores y procedencias, una constante evolución.
En medio de estos cambios, que tanto me emocionan y a veces suceden sin yo esperarlos o incluso quererlos en ese preciso instante, lo que más me había llenado de calma era que las caras no fueran nuevas, no mis caras, no mi gente, aquellos que viven pegados a las paredes de mis órganos, aquellos que siento que recorren mis venas.
Hoy, siento que me llené las venas de caras que pensé que siempre me serían conocidas, y quizá ya no. Y es que las caras también cambian, ¿y qué hace uno?
ART
Yo me quedé esperando que me calentaras las venas con tu presencia, como siempre, como antes. Y me di cuenta que prefiero mis calles vacías a tu presencia de hoy, tan fría, tan ida.
En medio de estos cambios, que tanto me emocionan y a veces suceden sin yo esperarlos o incluso quererlos en ese preciso instante, lo que más me había llenado de calma era que las caras no fueran nuevas, no mis caras, no mi gente, aquellos que viven pegados a las paredes de mis órganos, aquellos que siento que recorren mis venas.
Hoy, siento que me llené las venas de caras que pensé que siempre me serían conocidas, y quizá ya no. Y es que las caras también cambian, ¿y qué hace uno?
ART
Yo me quedé esperando que me calentaras las venas con tu presencia, como siempre, como antes. Y me di cuenta que prefiero mis calles vacías a tu presencia de hoy, tan fría, tan ida.
Sep 2, 2015
Ganas de vos
Tengo tantos deseos atascados por el calor de tus manos, que no puedo dormir sin imaginármelas aunque sea un instante. Tengo tantas ganas de conocer tu realidad interna que me pregunto todos los días si calzaré de alguna manera en alguna de tus ilusiones, para hacerte sonreír.
Tengo miles de historias que contarte que me da miedo decir, sobre todo por la diferencia tan abismal entre tu vida y la mía, estas tonalidades tan contrastantes que me vuelven loca.
Tengo necesidad de música nueva cuando pienso en vos, porque me dan ganas de crear, de cambiar, de explotar. Tengo memorias repetidas de cosas que no han sucedido cada vez que vuelvo a ver y te brilla la pupila sin razón alguna.
Tengo ganas de vos, tan exactas, tan adictivas, tan clichés. Me recuerdan mis estados de ánimo prolongados cuando aún existían, me generan un vacío en el estómago, nervioso, casi doloroso.
Tengo ganas de vos y yo sin saber qué saldría de esa combinación, y no sé si son las circunstancias o el clima, si es mi falta de raciocinio o tu coraje escondido, pero muero por enseñarte lo bonito que puede ser sacar el corazón, aunque sea por un ratito; te darías cuenta de que no es de vidrio: son mitos. Tal vez podría ayudarle a ser más fuerte, tal vez podría hacerlo feliz.
Tengo tantas ganas de vos que me mareo al tratar de expresar el desacierto de vivir preguntándome si sólo se irá, y ya. Tengo ganas de vos y tus ojos presos que se han abierto a milímetros a los míos, como algún cajón empolvado debajo de la cama. Abrime los ojos y prometo besarlos con el mayor cariño que te hayás imaginado, tal vez hasta los haga brillar, si me dejás.
Dejame tener estas ganas de vos que me devuelven a la vida hasta dormida, dejame molestarte tocándote la puerta, hasta que te dé la gana dejarme pasar. Tal vez nos den ganas juntos, y terminemos por ganar.
ART
Las ganas no se van.
Aug 14, 2015
Algún día
Entre alguna historia olvidada pretendo recuperar las ganas de tener fuerzas para abrazar las manos de alguien mas, y busco la manera más adecuada de levantarme erguida, de mirar para adelante con esperanza, de seguir
Entre alguna de tus promesas olvidadas, pretendo encontrar respuestas a alguna de mis indecisiones e incapacidad de aceptar el hoy como algo aun efímero, pero aun tan mío.
Entre tragos que no disfruto, pretendo encontrar la pasión que me falta desde que sueño con vos. Y busco como una niña entre mis juguetes favoritos, alguno que quiera guardar. Y entre algún callejón de la vida me pregunto si será necesario limpiar siempre las esquinas, o si algún día se abrirán.
Aun espero, y deseo, abrirme. Abrirme a vivir y no tener miedo de no lograrlo.
ART
Aug 6, 2015
Te soñé
Soñé con la sensillez de escuchar tu voz
en una conversación cualquiera,
y al volver a ver, recibir una sonrisa,
esta vez amena.
Soñé que te topaba
varias veces a la semana
que me dabas algún buenos días
y yo, sorprendida
te miraba.
Soñé que me hablabas,
sin nada más que eso,
y amanecí trasnochada
de tanta felicidad.
Soñé que entre caminos distantes
nos cruzábamos como si no pasara nada
y del otro lado de la calle
encontraba tu compañía,
aún atascada.
Soñé con tus caricaturas
las que ya no te gusta dibujar
y me pregunté si aún hablabas de madrugada
solucionando los problemas mundiales
o buscando de la nada
un agujero en la calle
una rendija
para pasar.
Soñé que despertaba
mientras me quedaba dormida
y añoré contarte la historia
de como se pasa mi vida
buscando la tuya
para conversar.
ART
Te soñé tan indiferentemente, tan natural, que por un instante pensé que iba a despertar. Pero aquí sigo, dormida, en algún sueño paralelo a esta realidad.
en una conversación cualquiera,
y al volver a ver, recibir una sonrisa,
esta vez amena.
Soñé que te topaba
varias veces a la semana
que me dabas algún buenos días
y yo, sorprendida
te miraba.
Soñé que me hablabas,
sin nada más que eso,
y amanecí trasnochada
de tanta felicidad.
Soñé que entre caminos distantes
nos cruzábamos como si no pasara nada
y del otro lado de la calle
encontraba tu compañía,
aún atascada.
Soñé con tus caricaturas
las que ya no te gusta dibujar
y me pregunté si aún hablabas de madrugada
solucionando los problemas mundiales
o buscando de la nada
un agujero en la calle
una rendija
para pasar.
Soñé que despertaba
mientras me quedaba dormida
y añoré contarte la historia
de como se pasa mi vida
buscando la tuya
para conversar.
ART
Te soñé tan indiferentemente, tan natural, que por un instante pensé que iba a despertar. Pero aquí sigo, dormida, en algún sueño paralelo a esta realidad.
Jul 19, 2015
Cómo vivo
A tus labios les da por tocar la puerta de mi casa solo para recordarme que no están, y de repente tus ojos son más un sueño que un recuerdo, y me vuelvo infame entre tus piernas, que tampoco están.
Pero es que vivo en una melancolía constante de recordarte bordeando mi cuerpo, como quien encuentra el mejor tesoro de su vida, y aún no sé cómo recuperarme de esto.
A tus imprudencias les da por golpearme la cabeza y partírmela contra todas las mesas tratando de entender, y después veo que te he hecho lograr tus cometidos al golpearme yo solita, por querer.
Entre los aquejos de puertas cerradas te recuerdo dormida, envuelta en cobijas, con dos almohadas de cada lado, jugando con los pies. Y es que me veo en el espejo encogida, esperando, en una pausa metafórica de por vida, en una historia paralela que ya no existe.
Tu voz aún me despierta en las madrugadas en los tantos sueños sin sentido que tengo, y después de entrar en conciencia y entender lo sucedido, me duermo esperando escucharla otra vez.
Pero es que vivo en una analogía constante de lo que sucedería si vos estuvieras, del ayer y del hoy y la esperanza del mañana, de tantas ideas arrugadas que me meto en los bolsillos esperando que el contacto efímero con mi energía las haga realidad. Y es que recordarte se ha convertido en una lucha constante, para no olvidar, para que no te vayás.
ART
Entre tus entradas de mentira por estos caminos que me inventé, aún me siento sacudida por el olor que dejaste cuando saliste corriendo.
Pero es que vivo en una melancolía constante de recordarte bordeando mi cuerpo, como quien encuentra el mejor tesoro de su vida, y aún no sé cómo recuperarme de esto.
A tus imprudencias les da por golpearme la cabeza y partírmela contra todas las mesas tratando de entender, y después veo que te he hecho lograr tus cometidos al golpearme yo solita, por querer.
Entre los aquejos de puertas cerradas te recuerdo dormida, envuelta en cobijas, con dos almohadas de cada lado, jugando con los pies. Y es que me veo en el espejo encogida, esperando, en una pausa metafórica de por vida, en una historia paralela que ya no existe.
Tu voz aún me despierta en las madrugadas en los tantos sueños sin sentido que tengo, y después de entrar en conciencia y entender lo sucedido, me duermo esperando escucharla otra vez.
Pero es que vivo en una analogía constante de lo que sucedería si vos estuvieras, del ayer y del hoy y la esperanza del mañana, de tantas ideas arrugadas que me meto en los bolsillos esperando que el contacto efímero con mi energía las haga realidad. Y es que recordarte se ha convertido en una lucha constante, para no olvidar, para que no te vayás.
ART
Entre tus entradas de mentira por estos caminos que me inventé, aún me siento sacudida por el olor que dejaste cuando saliste corriendo.
Jul 12, 2015
De repente
De repente se sentía la luz más densa, como si el bosque aquel tuviera los árboles muy altos y delgados, y el zacate aún no estuviera lo suficientemente bajo, entonces el verde y el viento se amontonaban, y al entrar los rayos de luz entre las rendijas de las partes más altas de los árboles, su densidad quedara atrapada en el aire, en los ojos. Claro que todo esto era una sensación atrayente de quien aún no conoce la fluidez de una naturaleza tan pura, y antes de llegar a la paz que estos lugares provocan, se siente sorprendido, atrapado, en estado de shock.
En medio de los segundo más largos, el cielo parecía estar decorado con pintura de agua a base de pinceles sumamente delgados, y corría entre sus nubes una idea relativa de velocidad, como si algún día pudiéramos sentir el planeta girar. Pero claro, los deseos por lo desconocido son más emociones irracionales que otra cosa.
Al final del primer sendero fue chocante respirar, los cambios de temperatura en el cuerpo se sentían con la piel de gallina y un hueco en el estómago algo difícil de explicar. Era un día listo para escribirse en los troncos al lado de un lago, hecho para disfrutarse con cualquier arte atascado, de los que salen en vagos momentos de lucidez, de los que no son humanos. La relatividad del espacio abierto al caminar bordando el lago era atrapante, sofocante, una libertad que no cabe en el cuerpo, y menos en el pensamiento.
El paso durante la tarde fue marcado, certero, como si hubiera manera de saber qué sucedía entre minúsculos seres vivos y su recorrido hasta la inmensidad, y cuando llegó la neblina y salió la luna, las películas viejas no parecían tan buenas a la par de la realidad, ¿quién lo diría, verdad?. Se terminó la noche entre una humedad gris, difícil de creer, imposible de entender. Se fue la luz encandilante para dar paso al misticismo de una luna a medias a lo alto, que nos miente haciéndonos pensar que alumbra la noche, siendo un simple espejo. La luna es un claro ejemplo de lo fácil que es engañar a los sentidos, y se acabó la noche sin más que filosofar.
Entre tanto lugar descrito, las piedras se marcaron con varias gotas de ansiedad, de sanación. La historia de un mundo civilizado de repende carecía de valor; y mientras despertaba del sueño, las emociones tenían olor, la luz se tocaba con las yemas de las manos y los párpados escucharon sus colores, para luego construirse en algún arte abstracto atrapado en un cuerpo, una maqueta de algo que será en su momento una mejor versión de sí.
ART
De repente volé. Tal vez mañana sea una mejor versión de mí.
En medio de los segundo más largos, el cielo parecía estar decorado con pintura de agua a base de pinceles sumamente delgados, y corría entre sus nubes una idea relativa de velocidad, como si algún día pudiéramos sentir el planeta girar. Pero claro, los deseos por lo desconocido son más emociones irracionales que otra cosa.
Al final del primer sendero fue chocante respirar, los cambios de temperatura en el cuerpo se sentían con la piel de gallina y un hueco en el estómago algo difícil de explicar. Era un día listo para escribirse en los troncos al lado de un lago, hecho para disfrutarse con cualquier arte atascado, de los que salen en vagos momentos de lucidez, de los que no son humanos. La relatividad del espacio abierto al caminar bordando el lago era atrapante, sofocante, una libertad que no cabe en el cuerpo, y menos en el pensamiento.
El paso durante la tarde fue marcado, certero, como si hubiera manera de saber qué sucedía entre minúsculos seres vivos y su recorrido hasta la inmensidad, y cuando llegó la neblina y salió la luna, las películas viejas no parecían tan buenas a la par de la realidad, ¿quién lo diría, verdad?. Se terminó la noche entre una humedad gris, difícil de creer, imposible de entender. Se fue la luz encandilante para dar paso al misticismo de una luna a medias a lo alto, que nos miente haciéndonos pensar que alumbra la noche, siendo un simple espejo. La luna es un claro ejemplo de lo fácil que es engañar a los sentidos, y se acabó la noche sin más que filosofar.
Entre tanto lugar descrito, las piedras se marcaron con varias gotas de ansiedad, de sanación. La historia de un mundo civilizado de repende carecía de valor; y mientras despertaba del sueño, las emociones tenían olor, la luz se tocaba con las yemas de las manos y los párpados escucharon sus colores, para luego construirse en algún arte abstracto atrapado en un cuerpo, una maqueta de algo que será en su momento una mejor versión de sí.
ART
De repente volé. Tal vez mañana sea una mejor versión de mí.
Jun 21, 2015
A veces quiero
decir que no
mientras a mis labios les da
por cambiar la frase
y su pronunciación.
Quiero decir
que me fui con ganas,
y no por cansancio.
Quiero decir
que volví sin ganas,
por compromiso.
A veces quiero
decir que no
y lo que no me sale
es la frase correcta
las dos letras
tan simples y adecuadas
en una misma entonación.
A veces quiero
decir que si,
y se me traba la lengua
y se me hunde el ceño
y me tiemblan las manos
y se me olvida pensar.
Otras veces quiero
gritar,
callarlos a todos.
Y en cambio mi cerebro
decide pensar
en la conciencia inexistente,
en no hacer mal.
A veces quiero
quitarme la congoja
las vendas
las dudas
las ataduras sociales
de sonreír,
para decirle al mundo
que no.
Que no quiero sus juegos
ni sus perfumes exquisitos
que no quiero sus besos
ni ninguno de sus riscos.
A veces quiero
quiero y no puedo
la fuerza me falta
la energía me engaña
y en el fondo sé bien
que mi voz
lo único que quiere
es decir que no.
Sin excusa
sin explicación
un no sin piedad
ni compasión.
Un no sincero
un no porque no.
ART
Cómo me cuesta últimamente quitarme los filtros sin importar como se sienta el mundo al respecto, y sólo decir no sin ninguna compasión.
decir que no
mientras a mis labios les da
por cambiar la frase
y su pronunciación.
Quiero decir
que me fui con ganas,
y no por cansancio.
Quiero decir
que volví sin ganas,
por compromiso.
A veces quiero
decir que no
y lo que no me sale
es la frase correcta
las dos letras
tan simples y adecuadas
en una misma entonación.
A veces quiero
decir que si,
y se me traba la lengua
y se me hunde el ceño
y me tiemblan las manos
y se me olvida pensar.
Otras veces quiero
gritar,
callarlos a todos.
Y en cambio mi cerebro
decide pensar
en la conciencia inexistente,
en no hacer mal.
A veces quiero
quitarme la congoja
las vendas
las dudas
las ataduras sociales
de sonreír,
para decirle al mundo
que no.
Que no quiero sus juegos
ni sus perfumes exquisitos
que no quiero sus besos
ni ninguno de sus riscos.
A veces quiero
quiero y no puedo
la fuerza me falta
la energía me engaña
y en el fondo sé bien
que mi voz
lo único que quiere
es decir que no.
Sin excusa
sin explicación
un no sin piedad
ni compasión.
Un no sincero
un no porque no.
ART
Cómo me cuesta últimamente quitarme los filtros sin importar como se sienta el mundo al respecto, y sólo decir no sin ninguna compasión.
Jun 13, 2015
Te siento
A veces la siento en las pupilas, en la sien, me recorre las cejas hasta la punta de la nariz, y me recuerda que ya la punta de la nariz no se me mueve, como ella solía decir que pasaba cuando mentía, porque ya no miento ni me engaño, porque ya no hace falta engañarnos cuando encontramos nuestra verdad, y todo lo demás cobra sentido, aunque no sea inmediatamente.
A veces la siento en la yema de los dedos, sobre todo si me atrevo a tocar el piano de nuevo. Luego recuerdo que lo que siento es una memoria, un recuerdo pasado, quizá perdido, desplazado. Y me es aún más irónico recordar que la luz que nos brinda el camino es momentánea, como todo lo demás.
A veces la siento en la planta de los pies, sosteniéndome mientras recorro algún espacio vacío, o quizá un lugar desconocido. Sea como sea, me satisface el sentimiento, probablemente más que muchos otros, y de nuevo recuerdo que sentirla sigue siendo un fortunio en medio de algún silencio de lo que efectivamente, terminará.
Y mientras la siento, me escondo, o tal vez me reencuentro, el día pasa con menos desacierto, porque por lo menos existe algo que sentí, y si se va no importa, pues todo se irá. Pero no esta luz que me dejaste, en la punta de mi nariz.
ART
Me dejaste una luz que no me deja mentir, me dejaste un corazón roto y luego reconstruido con alguno de los mil colores de tus ojos. Siempre tus ojos.
Jun 4, 2015
Pesos
Se enfocó en la luz que creyó que veía, y corrió. Corrió lo más rápido que pudo entre piedras y arena, y pedazos de suelo resbaloso que todos sabemos que se encuentran después de semejante tormenta. Corrió durante horas, persiguiendo un juego de luces, un juego en su mente y una ilusión de saber lo que siente. Hasta que desapareció la luz y se perdió en medio de alguna calle del centro de la ciudad, a altas horas de la noche, sola.
Seguía segura de que la luz estaba ahí, que no fue en vano su carrera y que el juego tenía algún sentido, probablemente extrasensorial, que le daría valor a las últimas horas. Pero querer algo con tanta fuerza no siempre lo hace realidad, un abrazo no siempre es reconfortante y a veces la mente nos juega sucio y nos engaña, para tal vez después despertar.
Ningún sueño es para siempre, ni con los ojos cerrados ni con los ojos abiertos. Son temporales, como la vida, como nosotros, como lo que pasa y lo que no. Y esta relatividad extrema en la que nos sumimos sin saber porqué, nos lleva algún día a entender que las luces que perseguimos no existen, que el camino que recorremos lo inventamos nosotros, que las metas que se nos imponen son también relativas y temporales, y por más que cueste, es necesario entender, que abrir los ojos no siempre es necesario para ver. Lo que importa es ver, tarde o temprano, hoy o mañana, que no perdemos nada con darnos media vuelta y dejar de perseguir luces que desearíamos que estén ahí. Pensando que el cartón que nos exige una universidad tiene un sentido profundo detrás... Pues no. Pensando que el proyecto que desarrollamos para el trabajo va a ser una recompensa eterna y una muestra infinita de nuestra capacidad... Pues no. Es momentáneo, y nada más.
Y está bien. Todo esto está bien y es como tiene que ser, supongo. Mientras ella corría y yo describía sus últimas horas, pensé que las analogías siempre funcionan para recordarnos que nos equivocamos muchas más veces de lo que pensamos y nos falta un poco menos de orden, más desastre y más felicidad, más interiorización y menos esclavitud emocional. Tal vez algún día podamos librarnos de estas falsas ideas de unión social que nos obligan a esperar de nosotros mismos algo que jamás siquiera decidimos analizar, pensar, sentir. Lo externo nos afecta tanto, que alarga el camino a la libertad mental y del alma, la que tanta falta hace cuando pasan los años y nos acordemos que más allá de trabajadores y estudiantes y familia y amigos, somos humanos. Y se nos fue la vida sin conocer nuestro humano, sus colores y matices, sus detalles y emociones, sus sentimientos más irracionales, su forma.
Ojalá la que persigue las luces quiera aceptar que las luces se las inventó, y ojalá yo que aún no soy libre, encuentre alguna liberación en mis alas que tanto construyo a diario, y pueda alguna vez entender que no me concierne lo que no nace conmigo, y que yo decido, siempre, en cual parte de este relativismo me quiero estacionar, y si cambio de opinión, puedo moverme de lugar. Y nada pasa.
ART
Qué difícil me es quitarme de la espalda cualquier peso que no sea mi propio cuerpo.
Seguía segura de que la luz estaba ahí, que no fue en vano su carrera y que el juego tenía algún sentido, probablemente extrasensorial, que le daría valor a las últimas horas. Pero querer algo con tanta fuerza no siempre lo hace realidad, un abrazo no siempre es reconfortante y a veces la mente nos juega sucio y nos engaña, para tal vez después despertar.
Ningún sueño es para siempre, ni con los ojos cerrados ni con los ojos abiertos. Son temporales, como la vida, como nosotros, como lo que pasa y lo que no. Y esta relatividad extrema en la que nos sumimos sin saber porqué, nos lleva algún día a entender que las luces que perseguimos no existen, que el camino que recorremos lo inventamos nosotros, que las metas que se nos imponen son también relativas y temporales, y por más que cueste, es necesario entender, que abrir los ojos no siempre es necesario para ver. Lo que importa es ver, tarde o temprano, hoy o mañana, que no perdemos nada con darnos media vuelta y dejar de perseguir luces que desearíamos que estén ahí. Pensando que el cartón que nos exige una universidad tiene un sentido profundo detrás... Pues no. Pensando que el proyecto que desarrollamos para el trabajo va a ser una recompensa eterna y una muestra infinita de nuestra capacidad... Pues no. Es momentáneo, y nada más.
Y está bien. Todo esto está bien y es como tiene que ser, supongo. Mientras ella corría y yo describía sus últimas horas, pensé que las analogías siempre funcionan para recordarnos que nos equivocamos muchas más veces de lo que pensamos y nos falta un poco menos de orden, más desastre y más felicidad, más interiorización y menos esclavitud emocional. Tal vez algún día podamos librarnos de estas falsas ideas de unión social que nos obligan a esperar de nosotros mismos algo que jamás siquiera decidimos analizar, pensar, sentir. Lo externo nos afecta tanto, que alarga el camino a la libertad mental y del alma, la que tanta falta hace cuando pasan los años y nos acordemos que más allá de trabajadores y estudiantes y familia y amigos, somos humanos. Y se nos fue la vida sin conocer nuestro humano, sus colores y matices, sus detalles y emociones, sus sentimientos más irracionales, su forma.
Ojalá la que persigue las luces quiera aceptar que las luces se las inventó, y ojalá yo que aún no soy libre, encuentre alguna liberación en mis alas que tanto construyo a diario, y pueda alguna vez entender que no me concierne lo que no nace conmigo, y que yo decido, siempre, en cual parte de este relativismo me quiero estacionar, y si cambio de opinión, puedo moverme de lugar. Y nada pasa.
ART
Qué difícil me es quitarme de la espalda cualquier peso que no sea mi propio cuerpo.
May 31, 2015
Te fui
Te fui. Justo así, con errores ortográficos, yo te fui. Extraño, ¿no? Como te eché de este lugar con la delicadeza de los modales que quizá ni ves.
Te solté la mano cuando volteé y no te reconocí, porque probablemente jamás te vi. Los lentes hoy me ayudan muchísimo más, ¿sabés? No tanto a ver mejor, pues el aumento sigue para arriba, pero ayudan a que el dolor de cabeza no esté y lo borroso sea un poco más nítido, y me confirme lo que ya de por sí el instinto me dijo siempre. Pensé que no había olvidado, que el corazón aún se exaltaría con tus abrazos y que aún sonreiría al escuchar tus buenas noticias, tan extrañas y fuera de lugar. Creí que el tiempo, como buen torturador que sabemos que es, me iba a devolver un par de años atrás y decirme que todo va a estar bien. Y efectivamente, todo estará bien, pero sin que los años dejen de avanzar. Sin tus repudiantes máscaras color rosa que tanto detesto, y sin tu infantil carácter que ya no entiendo. Te olvidé pensando que estábamos regresando, que todo brillaba, que volábamos. Y en eso se me olvidó tu existencia, y aflojé la cuerda.
Que me perdone la luz que tantas veces imploré si de casualidad voló hasta la tierra en vano, porque así como las piedras de mi cuarto se van rajando cuando absorben demasiada energía, así a mí se me acaba la tolerancia por tanta pantomima. Mañana nos reiremos, una vez más, y yo pensaré por dentro: qué aliviante es no tenerte doliéndome en el alma, atormentándome las noches, y cargándome esta cruz. Te fui, mientras estabas justo al lado, justo aquí.
"En alguna memoria que pensé
que aún no estaba enterrada,
te olvidé
con aquellos chocolates
que de niña me encantaban,
y jamás me acordaré
de cómo se llamaban.
Te olvidé porque te fuiste
y yo no tengo ganas de buscarte,
te olvidé porque me heriste
y yo no tengo fuerzas para sanarme."
ART
No me quedan fuerzas, cariño. Ni interés, ni ganas, ni alma para vos. Se me acabó.
Te solté la mano cuando volteé y no te reconocí, porque probablemente jamás te vi. Los lentes hoy me ayudan muchísimo más, ¿sabés? No tanto a ver mejor, pues el aumento sigue para arriba, pero ayudan a que el dolor de cabeza no esté y lo borroso sea un poco más nítido, y me confirme lo que ya de por sí el instinto me dijo siempre. Pensé que no había olvidado, que el corazón aún se exaltaría con tus abrazos y que aún sonreiría al escuchar tus buenas noticias, tan extrañas y fuera de lugar. Creí que el tiempo, como buen torturador que sabemos que es, me iba a devolver un par de años atrás y decirme que todo va a estar bien. Y efectivamente, todo estará bien, pero sin que los años dejen de avanzar. Sin tus repudiantes máscaras color rosa que tanto detesto, y sin tu infantil carácter que ya no entiendo. Te olvidé pensando que estábamos regresando, que todo brillaba, que volábamos. Y en eso se me olvidó tu existencia, y aflojé la cuerda.
Que me perdone la luz que tantas veces imploré si de casualidad voló hasta la tierra en vano, porque así como las piedras de mi cuarto se van rajando cuando absorben demasiada energía, así a mí se me acaba la tolerancia por tanta pantomima. Mañana nos reiremos, una vez más, y yo pensaré por dentro: qué aliviante es no tenerte doliéndome en el alma, atormentándome las noches, y cargándome esta cruz. Te fui, mientras estabas justo al lado, justo aquí.
"En alguna memoria que pensé
que aún no estaba enterrada,
te olvidé
con aquellos chocolates
que de niña me encantaban,
y jamás me acordaré
de cómo se llamaban.
Te olvidé porque te fuiste
y yo no tengo ganas de buscarte,
te olvidé porque me heriste
y yo no tengo fuerzas para sanarme."
ART
No me quedan fuerzas, cariño. Ni interés, ni ganas, ni alma para vos. Se me acabó.
May 14, 2015
Estancada.
Entre lugares conocidos, me perdí como si caminara la calle de un país nuevo, como si descubriera por primera vez lo que es abrir los ojos y tratara de entenderme por primera vez. Pequeña, ¿quizá? O tal vez más grande de lo que pude imaginar.
Entre cuestas altas y bajas, me varé en las intermitentes de una situación creada con mis manos pero controlada por otras. Al fin y al cabo pensé que conducir era tener el volante, cuando claramente no lo es.
Estancada. En algún pasillo vacío, en el que de vez en cuando me caen buenas noticias del cielo y otras se me queman los pies, en las que la sensibilidad aumenta como un retroceso anual.
Y cuando más pienso que lo logro, el destino se encarga de decirme que no es como yo quiero, que aprenda. Y aún no sé cómo aprender. Adecuación, ¿quizá? Al final era falsa la idea que tenía de que los besos eternos me iban a mantener viva, y dejé la hidratación individual de lado, enfocándome en los regalos envueltos que tanto me gusta dar.
Estancada. Como el motor del carro quemado, la caja de cambios quebrada y el techo descubierto, solo para empeorar la situación con buena lluvia de invierno a media noche.
Enojada. Con un berrinche eterno de examinar los principios del cuarto que quise construir, y del capítulo que nunca quise escribir, porque los finales tristes a nadie le gustan en la vida real.
Si los finales existen o no es una filosofía muy banal a estas alturas de las emociones, pero si hay algo peor que el relativismo extremista, es la sensación de estancamiento en pleno inicio de año.
ART
May 12, 2015
Fantasía
En alguna luz de entendimiento,
te seguí como si no hubiese mañana,
y pensé que encontraría el momento,
que encontraría la calma,
para decirte que hace tiempo,
no soporto mis propias almohadas,
para decirte que tengo ganas,
de explotar en eco,
de desaparecer.
Entre muchísimas preguntas no citadas,
me congelé de esta sobriedad emocional,
de esta falta;
o de alguna otra fantasía,
envuelta en serenidad,
que se me acercaba con osadía,
a decirme que tal vez,
si yo quería,
habría paz.
Cuando me acercaba a algún anuncio,
alguna noticia, artículo, comentario,
me enteré que después de seguirte,
no había un después,
y que la falta de aire,
no era más que ideas mías,
más que gotas de insensatez.
Programada para crearte,
te vi, te deseé, me escondí,
ya cansada de hablarte;
me quité el maquillaje,
y me fui.
Entre una palabra y otra,
recordé que te quería,
en algún sistema paralelo,
en alguna poesía,
de las que no leés,
de las que no escribo,
de las que no están.
Y desde que te sigo, redescubro,
que no me vale de nada el ego absurdo,
que no quiero tus manos,
ni tus ojos,
que tu corazón valdrá más,
algún otro día,
en algún otro paisaje,
lejos de mí.
ART
te seguí como si no hubiese mañana,
y pensé que encontraría el momento,
que encontraría la calma,
para decirte que hace tiempo,
no soporto mis propias almohadas,
para decirte que tengo ganas,
de explotar en eco,
de desaparecer.
Entre muchísimas preguntas no citadas,
me congelé de esta sobriedad emocional,
de esta falta;
o de alguna otra fantasía,
envuelta en serenidad,
que se me acercaba con osadía,
a decirme que tal vez,
si yo quería,
habría paz.
Cuando me acercaba a algún anuncio,
alguna noticia, artículo, comentario,
me enteré que después de seguirte,
no había un después,
y que la falta de aire,
no era más que ideas mías,
más que gotas de insensatez.
Programada para crearte,
te vi, te deseé, me escondí,
ya cansada de hablarte;
me quité el maquillaje,
y me fui.
Entre una palabra y otra,
recordé que te quería,
en algún sistema paralelo,
en alguna poesía,
de las que no leés,
de las que no escribo,
de las que no están.
Y desde que te sigo, redescubro,
que no me vale de nada el ego absurdo,
que no quiero tus manos,
ni tus ojos,
que tu corazón valdrá más,
algún otro día,
en algún otro paisaje,
lejos de mí.
ART
May 3, 2015
Verte
Te veo entre canales
una que otra mentira
una que otra verdad,
te veo entre pastizales
una gota de ironía
un paso para atrás.
Te veo contra reflejo
mis manos sudan
fallido cortejo.
Te veo y no me ves
te siento, y no
una pizca de duda
y otra de vos.
Te veo y no me ves
me canso, me voy
pero siempre vuelvo a ver
pensando que tal vez
mientras camino
vos también
me ves.
ART
Verte es de mis actividades preferidas.
una que otra mentira
una que otra verdad,
te veo entre pastizales
una gota de ironía
un paso para atrás.
Te veo contra reflejo
mis manos sudan
fallido cortejo.
Te veo y no me ves
te siento, y no
una pizca de duda
y otra de vos.
Te veo y no me ves
me canso, me voy
pero siempre vuelvo a ver
pensando que tal vez
mientras camino
vos también
me ves.
ART
Verte es de mis actividades preferidas.
May 2, 2015
No sé ni en qué momento se me fue Abril. Estaba recostada en mis propias ideas, aburrida de tanta redundancia y harta de esta inocencia tan falsa que a veces me hace quedarme de pie a la par de mis propias decisiones como quien tiene las cosas pero no las puede tomar entre sus manos. Se me resbalaban las palabras tratando de hablar y terminé caminando hacia donde no quería llegar, sólo por caminar.
No sé ni en qué momento me fui de un lado a otro, volví, y aún no sé de qué lado me quiero quedar, porque no se si me pienso quedar o si voy a seguir viviendo en una huida eterna, en una ambigüedad innata como si no supiera explicar lo obvio o como si se me fuera el sentido común por la ventana que dejo abierta en las noches para poder respirar.
No sé ni en qué momento bajé de peso aunque comiera como siempre, y no sé cómo empezó Mayo sin percatarme, sin prepararme. No sé cómo pero me fui de viaje sin maletas y regresé con más de lo que me llevé, pero abriendo los paquetes que me traje los terminé tirando todos a la basura. Regalé más cosas de las que puedo dar y ahorita necesito recargar gasolina como quien viaja de montaña a playa en una noche.
No sé ni en qué momento me interesé en cuestiones materiales más que en las metafóricas para darme un pequeño suspiro de este vacío a mi alrededor, de esta constante queja y negatividad. Me refugié en donde no hubiera nada más que cigarrillos y cobijas, algo de música quizá. Me guardo en las bolsas del pantalón tantas intenciones que no sé por cuál empezar, como si tuviera cadenas en el cuello obligándome a callar. Como si supiera que algún día las podré vaciar, pero no hoy.
No sé ni en qué momento se me volvieron a quebrar las alas y va un año más que se me quitan las ganas de sentirlas de nuevo en la piel, como si también me hubiera aburrido de volar, porque ya el viento no me sube el humor ni me hace vibrar.
Recorriendo mis disparates me doy cuenta que me enoja, me enoja no saber en qué momento se me fue Abril, me enoja no haberte llorado en estos días tan melancólicas. Me enoja sentir que te olvido, me enoja que en Abril recuerdo que me dejaste, y de repente... se me olvida.
No sé ni en qué momento sané, pero cómo extraño llorarte.
No sé ni en qué momento me fui de un lado a otro, volví, y aún no sé de qué lado me quiero quedar, porque no se si me pienso quedar o si voy a seguir viviendo en una huida eterna, en una ambigüedad innata como si no supiera explicar lo obvio o como si se me fuera el sentido común por la ventana que dejo abierta en las noches para poder respirar.
No sé ni en qué momento bajé de peso aunque comiera como siempre, y no sé cómo empezó Mayo sin percatarme, sin prepararme. No sé cómo pero me fui de viaje sin maletas y regresé con más de lo que me llevé, pero abriendo los paquetes que me traje los terminé tirando todos a la basura. Regalé más cosas de las que puedo dar y ahorita necesito recargar gasolina como quien viaja de montaña a playa en una noche.
No sé ni en qué momento me interesé en cuestiones materiales más que en las metafóricas para darme un pequeño suspiro de este vacío a mi alrededor, de esta constante queja y negatividad. Me refugié en donde no hubiera nada más que cigarrillos y cobijas, algo de música quizá. Me guardo en las bolsas del pantalón tantas intenciones que no sé por cuál empezar, como si tuviera cadenas en el cuello obligándome a callar. Como si supiera que algún día las podré vaciar, pero no hoy.
No sé ni en qué momento se me volvieron a quebrar las alas y va un año más que se me quitan las ganas de sentirlas de nuevo en la piel, como si también me hubiera aburrido de volar, porque ya el viento no me sube el humor ni me hace vibrar.
Recorriendo mis disparates me doy cuenta que me enoja, me enoja no saber en qué momento se me fue Abril, me enoja no haberte llorado en estos días tan melancólicas. Me enoja sentir que te olvido, me enoja que en Abril recuerdo que me dejaste, y de repente... se me olvida.
No sé ni en qué momento sané, pero cómo extraño llorarte.
Apr 5, 2015
Extraño
Tal vez te parezca extraño como aún siento que se me escapan las nubes de la mano cada vez que te veo, como se me eriza el vello de todo el cuerpo aunque estemos bajo agua caliente, y como de repente mirar por alguna ventana se vuelve sencillo, simple, natural. Tal vez aún me cueste explicarte que por dentro hay guerras, algunas las podés calmar, otras... pues, no se van. Pero es que es tan sencillo saltar por los techos cuando siento el calor de tus brazos sosteniéndome de noche como quien tiene un ángel guardián, de carne y hueso. De vos. Con olor a desastres y esperanzas vagas, con planes sin mucho futuro, pero sonrisas, sonrisas exactas, perfectas, inhatas.
Tal vez te parezca extraño que me quedo ida pensando en cómo decirte algo, pues me cuesta montones explicarte que el fuego es un chiste a la par de tu alma, que el mundo es pequeño a la par de tu corazón, y que yo, yo también me siento chiquitita cada vez que me mirás con esa miel de pupila envuelta en camanances y risas.
Tal vez te parezca extraño que no actúe de acuerdo a lo que... se piensa, que no camine del lado de adentro de la calle, que tome tus manos de mil maneras distintas y que siempre quiera abrazarte. Pero es que desde que conocí el tono de tu voz, me es imposible imaginarme otra, y desde que descubrí la historia detrás de la ronquera de hoy, no quiero volver a ninguno de los lugares que recorrí, como si vos fueras un escalón al futuro, un acogedor escape que no se acopla a mi realidad por ningún lado, y justo por eso aún creo que es imposible llegar a los mismos estados energéticos artificalmente, puesto que esta naturalidad sólo así se siente: natural. Como vos. Como vos y yo.
Tal vez te parezca extraño que te ame a mi manera tan felina y tan sutil, pero te juro que si estuvieras de este lado tal vez entenderías que la belleza que te cuelga de los poros es inmesurable, hasta para mí, y que lo más extraño es que aún me estoy acostumbrando a sentirme encandilada, acurrucada, endulzada. Tal vez aún no entiendo lo que significa, pero sé que me siento... a mí, en vos.
Tal vez te parezca extraño que me quedo ida pensando en cómo decirte algo, pues me cuesta montones explicarte que el fuego es un chiste a la par de tu alma, que el mundo es pequeño a la par de tu corazón, y que yo, yo también me siento chiquitita cada vez que me mirás con esa miel de pupila envuelta en camanances y risas.
Tal vez te parezca extraño que no actúe de acuerdo a lo que... se piensa, que no camine del lado de adentro de la calle, que tome tus manos de mil maneras distintas y que siempre quiera abrazarte. Pero es que desde que conocí el tono de tu voz, me es imposible imaginarme otra, y desde que descubrí la historia detrás de la ronquera de hoy, no quiero volver a ninguno de los lugares que recorrí, como si vos fueras un escalón al futuro, un acogedor escape que no se acopla a mi realidad por ningún lado, y justo por eso aún creo que es imposible llegar a los mismos estados energéticos artificalmente, puesto que esta naturalidad sólo así se siente: natural. Como vos. Como vos y yo.
Tal vez te parezca extraño que te ame a mi manera tan felina y tan sutil, pero te juro que si estuvieras de este lado tal vez entenderías que la belleza que te cuelga de los poros es inmesurable, hasta para mí, y que lo más extraño es que aún me estoy acostumbrando a sentirme encandilada, acurrucada, endulzada. Tal vez aún no entiendo lo que significa, pero sé que me siento... a mí, en vos.
Mar 8, 2015
El lobo y la gata 2.0
Una gata, en un tumulto de gente; perdida, entre piernas y brazos y cuerpos no deseados, sin buscar nada más que alguna salida, un poco de aire. Un lobo a la distancia, y todo desaparece. La música no aturde, el pelo se eriza pero las garras se esconden. Ronronea.
Era él. Lo distinguió entre tantas almas que aún es difícil explicar porqué. Pero las explicaciones están de más, hablaban entre otras cosas, lo que importaba era sentir. Vivir.
Un lobo, en la soledad que había decidido crear a su alrededor, descubrió que tal vez había estado buscando en los lugares equivocados, tal vez en vez de una manada lo que necesitaba era una gata de ojos miel e instinto agudo, con algunos besos matutinos. Como el silencio: inexplicable pero lleno de paz, así se sintieron mientras se conocían las esquinas de la piel, uñas en la espalda y aullidos nocturnos, un amanecer estelar, un lugar lejano a la tierra, quizá dentro de cuerpos distintos en realidad venían de la misma galaxia, alguna que tiene más música y menos ruido, más amor.
Y la gata, por primera vez, conoció el calor de un cuerpo que funciona de chimenea todo el tiempo, mientras el lobo pudo dar por hecho el sentido común y mirarse de nuevo al espejo, esta vez sonriendo.
¿Quién dijo que caninos y felinos no se podían entrelazar? Yo encontré una historia digna de contar.
ART
Continuará...
Era él. Lo distinguió entre tantas almas que aún es difícil explicar porqué. Pero las explicaciones están de más, hablaban entre otras cosas, lo que importaba era sentir. Vivir.
Un lobo, en la soledad que había decidido crear a su alrededor, descubrió que tal vez había estado buscando en los lugares equivocados, tal vez en vez de una manada lo que necesitaba era una gata de ojos miel e instinto agudo, con algunos besos matutinos. Como el silencio: inexplicable pero lleno de paz, así se sintieron mientras se conocían las esquinas de la piel, uñas en la espalda y aullidos nocturnos, un amanecer estelar, un lugar lejano a la tierra, quizá dentro de cuerpos distintos en realidad venían de la misma galaxia, alguna que tiene más música y menos ruido, más amor.
Y la gata, por primera vez, conoció el calor de un cuerpo que funciona de chimenea todo el tiempo, mientras el lobo pudo dar por hecho el sentido común y mirarse de nuevo al espejo, esta vez sonriendo.
¿Quién dijo que caninos y felinos no se podían entrelazar? Yo encontré una historia digna de contar.
ART
Continuará...
Feb 23, 2015
El lobo y la gata
Se le erizó el pelo como si fuera la primera vez que se asustaba, que se sentía vulnerable, que se topaba con otra especie, un ser que probablemente no había visto antes. Ella maullaba de emoción y miedo a la vez, y el se le acercó lento, casi sonriente, cauteloso pero con confianza.
Las gatas son aún más cuidadosas, y prefieren la soledad, pero "¿quién se reúsa a una mirada así?", pensó. Podía ver el brillo en la dilatación felina de sus propios ojos reflejado en el lobo, se sentía como el chocolate caliente un domingo por la tarde, como la luz de la luna llena apuntando justo a la cama, como la ventana entreabierta en la madrugada. Como en casa.
El alma la había engañado, y le había hecho creer que las miradas felinas se atrapan unas entre otras, y descubrió en cuestión de segundos que tal vez eso no era lo que ella necesitaba. Se miraron fijamente mientras él se acercaba, y pronto la posición de defensa pasó a ronroneo, y las orejas de él se agacharon en comodidad.
Tal vez los techos de la ciudad eran exactamente el problema, y estar lejos de casa, como ya saben, no es una cuestión física. Todo es diferente cuando oscurece, pero no hay nada más fascinante que terminar de ver salir el sol, y saber que todo cambió. Ella cambió.
ART
Continuará.
Las gatas son aún más cuidadosas, y prefieren la soledad, pero "¿quién se reúsa a una mirada así?", pensó. Podía ver el brillo en la dilatación felina de sus propios ojos reflejado en el lobo, se sentía como el chocolate caliente un domingo por la tarde, como la luz de la luna llena apuntando justo a la cama, como la ventana entreabierta en la madrugada. Como en casa.
El alma la había engañado, y le había hecho creer que las miradas felinas se atrapan unas entre otras, y descubrió en cuestión de segundos que tal vez eso no era lo que ella necesitaba. Se miraron fijamente mientras él se acercaba, y pronto la posición de defensa pasó a ronroneo, y las orejas de él se agacharon en comodidad.
Tal vez los techos de la ciudad eran exactamente el problema, y estar lejos de casa, como ya saben, no es una cuestión física. Todo es diferente cuando oscurece, pero no hay nada más fascinante que terminar de ver salir el sol, y saber que todo cambió. Ella cambió.
ART
Continuará.
Feb 19, 2015
Maybe
Maybe if I climb high enough, I won't have to ever touch ground, and when I reach the outer space I can catch you from behind. Maybe if I have closure, I will feel sad again, instead of this endless struggles that keep me moving away.
Maybe if I drink more coffee, I won't forget it's smell, even if I stop living or even if I go insane.
Maybe the mind deceases, are only in society's brain, which is definitely an ironic fiction, more than a medical success.
Maybe if I stop daydreaming, I could go and find a true heart, but then what's the sleeping for, if there is nothing to understand.
Maybe if I say it a thousand times, maybe if I want it enough, maybe whatever I'm aiming, is worth dying for. Maybe I wanna have you closer to my chest, only to discover I was in the wrong place.
Maybe if I fly high enough, I won't have to ever touch the earth, and when I reach the starts and satellites, I can finally integrate.
ART
Maybe I wanna leave, just for a change.
Maybe if I drink more coffee, I won't forget it's smell, even if I stop living or even if I go insane.
Maybe the mind deceases, are only in society's brain, which is definitely an ironic fiction, more than a medical success.
Maybe if I stop daydreaming, I could go and find a true heart, but then what's the sleeping for, if there is nothing to understand.
Maybe if I say it a thousand times, maybe if I want it enough, maybe whatever I'm aiming, is worth dying for. Maybe I wanna have you closer to my chest, only to discover I was in the wrong place.
Maybe if I fly high enough, I won't have to ever touch the earth, and when I reach the starts and satellites, I can finally integrate.
ART
Maybe I wanna leave, just for a change.
Feb 17, 2015
Libertad
La libertad es tan relativa, algunos logran sentirse libres rodeados de gente, y no les gusta la soledad, otros sienten libertad en su cuadrito cerrado y ensimismado, otros no tienen necesidad de alas y no soportan la sensación del viento en el cabello. Yo me siento libre cuando no me molesta lo que me ataca, cuando no me duele lo que lastima, y cuando soy capaz de enfrentarme a mí misma sin provocar una guerra.
Libertad es cuando doy por felicidad propia, aunque suene egoísta, y cuando la satisfacción mas grande es ser capaz de caminar, sin voltear. Libertad es saber que puedo cambiar de camino, ir y volver, correr o volar, y no me ata mi propia mente engañándome con falacias filosóficas del ser y deber ser, del vivir y sobrevivir.
Y me siento libre conmigo y de mí, a veces apartada y otras feliz, pero con la libertad de sentirme como me venga en gana, sin explicar ni esperar, solo ser.
No he conocido mejor compañía que la que se disfruta en silencio, aún con risas. Gritar es ser libre, hablar es ser libre, escribir sin pensar es ser libre. No quiero felicidad eterna ni mucho menos constante, quiero el desafío de los altibajos llenos de tsunamis y sal en los ojos, a veces piedras en la espalda, en el pecho, pero siempre libre. No conocemos la libertad por estirar los brazos y abrazar al mundo nada más, la conocemos cuando creamos nuestra propia manera de volar. Yo me voy a lo old school: alas de papel.
ART
Reír
Un café amargo, una historia a
medias, uno que otro retrato y tal vez me quede ciega… sólo por un rato.
Un día falso y una noche sincera,
cuando me trago las acciones me siento menos ligera, pero luego recuerdo que lo
que tengo no es ni más ni menos que el juego cansado pero liberador de respirar
cada vez con más corazón.
Una tarde llena de objetos y sonidos
borrosos, tal vez más por metáfora que por vista literal, tal vez más por
remedios y menos por problemas, tal vez por vez primera, sea por mí.
Una interiorización innata incluso
antes del cambio, una predisposición contraria y algún atajo… para llegar.
Piernas cansadas, piel en cicatriz,
cuando el cansancio ataca para no dejar dormir, cuando el susto no es más que
una idea fugaz, cuando la indirecta pupilar se torna sutil.
El punto es que entre tanto aquejo,
te vi de frente como quien se topa un espejo, y me dio por reír.
ART
Reír también se subestima, si no hay nada más honesto que una sonrisa en media tormenta.
Feb 7, 2015
Feel
Running from the shelter
to become part of me,
hiding has never been the worst way to live,
and since your hands are still around
I would like to ask again:
do you ever feel the same?
I am running without stopping,
trying to believe
that anything that has me going
is a truth left for me,
and since your eyes are yet so deep,
I would like to ask again:
do you ever feel the same?
I am staying like a statue
in front of an empty space, a hole, a scene,
and while I torture my desire
I think of you and me.
And since your voice is yet so calm,
I would like to ask again:
do you ever feel the same?
I am staying and I am running,
would you like to go insane?
And since I can still feel you breathing,
I would like to ask again:
do you ever feel the same?
ART
Pesadilla
Estaba pensando en voz alta, quizá imaginando alguna idea abriendo la ventana y entrando al cuarto para quedarse. Me encontré a mi misma desesperada como si pasara algo por mis venas, por mis huesos, por la pupila que a veces se moja sin razón alguna, y los dolores de espalda que no se van.
Me imaginaba también alguna ruptura ficticia que me devolviera la locura que tanto anhelo, humo en los pulmones que ya ni siquiera parece de mi agrado y actividades variadas para mantener la mente ocupada.
Un manicomnio al fondo de mis imágenes, pero sin rejas en las ventanas ni nada real, un estanque lleno de piedras que no dejan salir el agua, que me quieren ahogar.
Estaba pensando en lo fácil que es correr cuando el sudor quiere salir, y lo complicado que puede ser sentarse a la orilla de alguna idea vacía y completarla con la piel misma, que a veces parece que no alcanza para cubrir el alma. No me alcanza el cuerpo, ni me alcanza la voz.
Caminando recuerdo que el asfalto no es tan malo si está debajo de los pies, y que el frío se siente porque no hay suficiente tela, o tal vez dejé las puertas abiertas. Hoy que cierro todas las entradas me pregunto si yo misma podré salir. Pero me persigue. Me sigue a todos lados como un ángel de la guarda ya desterrado, caído, moribundo, sin fuerzas ni aliento, y claramente sin alas.
Pensaba en la sanidad del lugar donde uno descansa, con ojos felinos cuidándome, o tal vez asechándome. Me cubrí las piernas con vidrios quebrados, libros sin leer y lugares no visitados, para que pese más, para que duela.
La estadía es gratuita cuando se vive en la calle, y tengo mi cajetillas de cigarros vacías para coleccionar algo nuevo, para guardar más cosas en el clóset que no sean ropa ni accesorios.
La ansiedad puede hacer sangrar cuando no es controlada adecuadamente, y yo que no conozco el control, me pregunto si se recuperan las virtudes internas con alguna canción o historia, con melodías nuevas.
Dormir es sencillo, aguantar las pesadillas es lo que aún no he aprendido.
ART
Aún teniendo pesadillas, no sé si quiero despertar.
Feb 2, 2015
Mentías
"Nos dijimos tantas cosas, nos hablábamos de rosas (...)"
Mi celular me hace trampa con eso del shuffle cuando escucho música y le da por querer torturarme, o al menos eso pensé. Me quedé escuchando, esperando que se me pusieran los ojos cristalinos, el sentimiento de masoquismo que tanto nos gusta. Y no pasó. Me aburrí y le di next sin remordimiento alguno. Te bloqueé hasta del teléfono y te dije adiós de la noche a la mañana, en un taxi de camino a mi casa con varios traguitos encima. Me "ataqué", o por lo menos eso habrás pensado, y de alguna manera así fue. Agarré fuerzas de donde nunca pensé que tendría: alcohol y cigarrillos. Extraño, ya que no es como que fueran algo nuevo, sin embargo hasta esa noche me sirvieron para algo bueno.
Me enojé por otra de tus tontas mentiras sin sentido, que tratás de disfrazar en que decir a medias no es mentir, entonces me decís una cosa, pero pasaba otra, con tus competencias y tus locuras que ni vos entendés. Me enojé por alguna tontera, quizá... pero es que amor, el vaso estaba lleno, y cuando eso pasa, las gotas no son una más o una menos. Se desbordó.
Se quebró el maldito vaso de vidrio y te juro que aún tengo cada pedacito clavado en el pecho, en los brazos, en el cuello, en los ojos. Me duele todo el cuerpo. Y es que mentías. Mentías desde que te conozco y siempre pensaste que no sabía, fingías tantas cosas y pensaste que te creía. No te creía, querida, te aceptaba. Te aceptaba porque a un amigo se le acepta como es, y luché contra cada una de mis reglas, cada una de mis "elementaridades", cada cosa en la que he creído, mis concepciones del amor, mis concepciones de familia, de amigos, de humanidad. Me tragué mis filosofías pues nunca las entendías, y decidí que amarte era todo lo que quería.
Pero me equivoqué. No pude. Cuatro años después, aún me mentías, y entonces te saqué de mi vida como quinceañera dolida justo antes de su fiesta, y sin embargo ha sido la partida más silenciosa y tranquila que hemos vivido, ¿no creés? Esta tormenta ni siquiera tiene lluvia, pero por acá hace un frío insoportable. Mentías, mentías incluso enfrentada a tus mentiras y yo que no soporto la hipocresía ya no te pude aceptar más, aunque eso me convierta en lo que no quería. Aunque te extrañe con la vida y aún esté en negación, aunque no borre las fotos y aún hable de vos. Yo luchaba contra mí misma, mis instintos, mi ideología, para ser para vos lo que más quería. In the meantime, vos mentías.
ART
You say I'm crazy, cause you don't think I know what you've done.
God knows I tried.
Jan 28, 2015
Distinguir
En realidad no pude distinguir entre fantasías y acciones, entre los hechos que realmente sucedían y los que yo hacía suceder. No super ver si realmente era, o eran las ganas de ser. Es que qué difícil, tanto empeño, a veces meramente psicológico, en lograr objetivos que de camino pierden su valor, su dinámica. No pude distinguir si ver una muerte era perder a alguien o simplemente continuar sin ellos, cosas tan abismalmente diferentes, sin embargo tan microscópicamente indiferenciables. En realidad me encaminé sin camino y aún no sé qué estoy dibujando con tanto lapicero de color y tanta hoja en blanco.
No tenía idea de que la quería, hasta que amenazó con marcharse y me hizo correr, buscarla, jalarla de vuelta y proyectar la energía para que se quedara. No supe lo poco que en realidad la quería, hasta que se fue y no me dio más que ira. De la banal, de la insignificante frustración de hablar con alguien que no escucha, o peor aún, tratar de oír a alguien que no habla. Ni siquiera hablamos.
Es que el distinguir está en cada pupila, y a las mías, por más que les encantan los matices de grises, no les da por engañarse: el negro es negro. No es no.
Con un par de enseñanzas a medias, formadas más por las ganas de aprender del receptor, que las ganas de enseñar de la susodicha, me siento como un vaso que no puede decidir si está medio lleno o medio vacío porque está justo a la mitad. Ni más ni menos, ni mucho ni poco, ni triste ni feliz. Sólo neutro, como quien se queda dormido inconscientemente, y amanece en otro lugar. Así.
En realidad no pude distinguir entre sentimientos y emociones, entre la taquicardia y las mariposas, entre ilusiones y la verdad. Me fui tal como llegué, sin saber a qué iba, y aún no lo sé; pero me fui en un intento fallido de despedida, y no pienso volver.
ART
Nadie distingue de la misma manera.
No tenía idea de que la quería, hasta que amenazó con marcharse y me hizo correr, buscarla, jalarla de vuelta y proyectar la energía para que se quedara. No supe lo poco que en realidad la quería, hasta que se fue y no me dio más que ira. De la banal, de la insignificante frustración de hablar con alguien que no escucha, o peor aún, tratar de oír a alguien que no habla. Ni siquiera hablamos.
Es que el distinguir está en cada pupila, y a las mías, por más que les encantan los matices de grises, no les da por engañarse: el negro es negro. No es no.
Con un par de enseñanzas a medias, formadas más por las ganas de aprender del receptor, que las ganas de enseñar de la susodicha, me siento como un vaso que no puede decidir si está medio lleno o medio vacío porque está justo a la mitad. Ni más ni menos, ni mucho ni poco, ni triste ni feliz. Sólo neutro, como quien se queda dormido inconscientemente, y amanece en otro lugar. Así.
En realidad no pude distinguir entre sentimientos y emociones, entre la taquicardia y las mariposas, entre ilusiones y la verdad. Me fui tal como llegué, sin saber a qué iba, y aún no lo sé; pero me fui en un intento fallido de despedida, y no pienso volver.
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Nadie distingue de la misma manera.
Jan 14, 2015
Buscándote
Me encaminé a la luz de algún lugar desconocido esperando encontrarte de camino, toparte a medias o tal vez reinventarte. Me succioné entre las ideas lejanas y a la vez tan mías de que volverías en forma de energía, de calor, de frío, de alguna chimenea de las que tanto quisimos. Volé sin pensar en aterrizar y aún sigo esperando las señales que todos tanto anhelamos, las gotas de radiación en el cuerpo, el deseo inevitable de tocar el cielo.
Me pregunto si el instinto me engaña cuando me da tantas respuestas aisladas a problemas extraños, y algunas veces pienso que si no fuera por la lluvia, la humedad me secaría el alma, si no fuera por este frío, quizá me sentiría más en casa. Pero es que aquí es donde más me equivoco, porque yo nunca he tenido un hogar, sino estadías momentáneas, algunas más duraderas, unas tan hogareñas que casi casi me la creo, casi me quedo. Pero los felinos somos más difíciles de lo que parece, y los paisajes por la ventana no son lo único que nos mantiene ronroneando en la comodidad de algún rascacielos.
La libertad me ha tomado por sorpresa, y su inmensidad ha sido tal, que aún no sé cómo manejarla. Hay tanto espacio, tantas cosas, tantos caminos. Escogí este y no aquél, y sólo le pido a mis hadas que no me hagan usar las marchas para dar reversa, que no me decepcionen cuando por fin me dé cuenta que tocar las nubes no se siente como algodón, y que la conciencia no es más que una ilusión.
Las horas son tan escasas, que vivo con el corazón palpitando hasta mientras duermo, para aprovechar incluso los sueños y no dejar de parpadear, para apreciar este camino que divago, aunque no te encuentre cuando llegue al final. Aún así me he ido acostumbrando a buscarte en los hilos sueltos de mi ropa, en los agujeros de la calle, en tantas cosas. Si no supiera dentro del alma que respirás en algún pasillo, me hubiera rendido hace siglos; pero te juro que siento que te llevo aquí conmigo.
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Me pregunto si el instinto me engaña cuando me da tantas respuestas aisladas a problemas extraños, y algunas veces pienso que si no fuera por la lluvia, la humedad me secaría el alma, si no fuera por este frío, quizá me sentiría más en casa. Pero es que aquí es donde más me equivoco, porque yo nunca he tenido un hogar, sino estadías momentáneas, algunas más duraderas, unas tan hogareñas que casi casi me la creo, casi me quedo. Pero los felinos somos más difíciles de lo que parece, y los paisajes por la ventana no son lo único que nos mantiene ronroneando en la comodidad de algún rascacielos.
La libertad me ha tomado por sorpresa, y su inmensidad ha sido tal, que aún no sé cómo manejarla. Hay tanto espacio, tantas cosas, tantos caminos. Escogí este y no aquél, y sólo le pido a mis hadas que no me hagan usar las marchas para dar reversa, que no me decepcionen cuando por fin me dé cuenta que tocar las nubes no se siente como algodón, y que la conciencia no es más que una ilusión.
Las horas son tan escasas, que vivo con el corazón palpitando hasta mientras duermo, para aprovechar incluso los sueños y no dejar de parpadear, para apreciar este camino que divago, aunque no te encuentre cuando llegue al final. Aún así me he ido acostumbrando a buscarte en los hilos sueltos de mi ropa, en los agujeros de la calle, en tantas cosas. Si no supiera dentro del alma que respirás en algún pasillo, me hubiera rendido hace siglos; pero te juro que siento que te llevo aquí conmigo.
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