Feb 27, 2014

Frío



Hace frío. Estoy bajo el sol y tengo frío. No lo puedo evitar, no me lo puedo sacar. No oigo, no veo. Me voy. El sonido del piano solía aliviar mis oídos, mis labios, mi andar. Hace unos años ya que no recuerdo la sensación. Prometí dejarte ir, ¿verdad? Cómo me ha costado cumplir esa promesa. Aún no he podido. Aún no puedo. La sangre me quema la piel cuando pienso en el tiempo que ha pasado, en cómo desearía que me dejaras hacerte sonreír, sólo una vez, una vez más.

Luego regreso al suelo y me pregunto por qué estoy pensando en tonterías, y sigo caminando, siempre con la cabeza abajo, jugando con las líneas. Esperando tu mano. Te busco en la calle y te siento, es tan real que me lo creo. Pero no pasa. No estás.

Hace frío. Lo que me recuerda la primera vez que parqueamos tan arriba en un mirador que no pudimos ni abrir las ventanas, que terminaron empañadas de vos. Vos y yo.
Sonrío. Pero hace frío. Me amarro el pelo más seguido y tomo más café. El café también me recuerda a vos, tal vez es por eso que aumentó mi consumo. O quizá porque espero que me quite el frío, este frío que se me quedó en los huesos como una enfermedad degenerativa, o una adicción a una pastilla antidepresiva. Un frío de anestesia de hospital; cruel, pero inevitable.

Hace frío. Estoy bajo el sol y tengo frío. Quien diría que sería tan lógico que el sol no te iba a reemplazar. Tiemblo de frío, y vos te vas.

ART

No comments:

Post a Comment