Nadie dijo que iba a ser así, nadie nos advirtió. Sólo nadamos sin conocer el agua, y aunque la conociéramos, ¿qué más da? Si el tiempo se va sin haber existido y ya no queda nada más. ¿Quién dijo que sabríamos el final? Las películas son predecibles por el simple hecho de que nosotros las inventamos, así como las palabras, aunque algunas duelan tanto.
Y nos quedamos ahí, titubeando, sin hablar; sin callar. En la otra esquina una que otra mirada nos hará sudar, y tal vez mañana podamos volar.
ART
A veces creo que la lluvia es necesaria, para que nos aprendamos a mojar.
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