¿Qué se hace con la pintura vieja? La que ya está seca y no se puede utilizar para ninguna pared, ni ningún regalo. Pues... Dejar la construcción gris, como un mal ingeniero.
¿Qué hago con las ideas irrealizables? Si, después de todo, lo transitorio lo inventamos nosotros, pero nadie saca un hueso del cuerpo para que conozca el ambiente terrenal, ninguna ballena puede respirar fuera del mar.... Por más de unos segundos.
¿Qué se hace con la desesperación? Dejar que pase.
Así mismo lo dejé, y pasó. Como un vagabundo en la esquina de algún edificio abandonado, como una luz prendida y el bombillo quemado, como un corazón latiendo sin alma.
¿Qué hago con lo ilógico? Además de vomitarlo de las entrañas como una intoxicación, sacármelo de la cabeza para que no me atormente los días, y sobre todo las noches.
Pues así mismo me quedé. Como una noche sin terminar o un amanecer lluvioso, con un sin sabor en los labios, un frío tan intenso, que me quemó.
ART
Me quemé con una vela que ni siquiera pude prender. Con lo mucho que me gusta que se vaya la luz...