Pero me levanté.
Me dormí con algo de tristeza, con el corazón hecho un puño, con la mirada cristalina. Probablemente sea porque he perdido tantos pedacitos de mi, y pues, me duele todavía. Pero así es la vida. Dolorosa, asesina.
¿Y qué?
Que me levanté con ganas de escribir y sobre todo con ganas de que me lean, aunque sea molesta y atacada y otras veces sin mucho que decir, como quien quiere sólo por querer y no encuentra razones, porque no las necesita.
Me levanté rociada del olor a madrugada y la lluvia no tardó en llegar, y les cuento que me dio por quedarme acostada y disfrutar de las gotas golpeando la ventana.
Toda la vida pensé que no se podían dar pasos para atrás, y hoy entendí que el paso de atrás es el que empuja al de adelante, y llevar las raíces consigo no es caminar para atrás, es simplemente caminar.
Me levanté pensando que no estoy buscando mi pasado en mi presente, sino que me apresuro a tener el futuro en mis manos, un futuro que no ha llegado, valga la redundancia, un futuro que todos añoramos. Y ahí está, a la vuelta de la esquina. Me levanté sabiendo que prefiero esperar a quien amo, que correr por quien me ama. Aunque la primera sea peor, aunque parta el alma.
Y, ¿usted?, ¿qué quiere?
Yo quiero un café.
Buenos días. Se me calentó la punta de la nariz, por fin.
ART
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