Me enamoré de la mañana que llegó mientras abría los ojos en medio de autos y humo y algo de sueño. Me colgué de unas cuantas chispas de espontaneidad, tal vez sólo parte de mi imaginación. ¡Quién sabe! Tal vez me pareció más hermoso dormir con luz que tener pesadillas y mientras descansaba al frío del amanacer, me hallé más calmada que nunca.
Brindé por la salud de los pulmones sin la copa de vino, y exhalé el humo que a tantos les parece dañino mientras a mí me llena de vida y explosiones internas, una sensación de placer incomparable, eterna.
No sabía lo que se sentía caminar descalza en el asfalto, pero después de todo no es tan malo. Quizá los pies aguantan más de lo que pensamos, y tal vez, sólo tal vez, ahora prefiero tenerlos descalzo.
Juraría que soñaba mientras veía la luz, pero me colgué de la mañana y me libré de mi cruz.
Ahora que no hay cruz, volvamos a las alas.
ART
Gracias al tiempo por seguir corriendo y sanarme heridas que pensé no tenían remedio. Poquito a poco, a paso lento. Pero firme y honesto (haha).
Jan 30, 2014
Jan 27, 2014
Borré lo que había escrito
¿Te conté que borré lo que había escrito? Un año entero. Lo boté como si no valiera nada. A la basura. Ahora ni siquiera puedo recordarlo... Bien sabés que la memoria me falla. Siempre ha sido así... Hasta los pocos que me gustaban se fueron. Los ataques de ira y frustración mezclados con un dolor tan profundo, tan real, fueron insoportables y decidí hacer el dolor más grande, sólo para ver qué tan bajo podía llegar. Y lo logré. Un aplauso para mí. Hoy desde el suelo te digo que no huele tan mal cuando se te quema la piel, mientras no llegue al pelo, por supuesto. Lo bueno del fuego es que te prende el cigarro en segundos y no hay que preocuparse por el encendedor. Fumo más y tomo menos, irónico. Lo más sorprendente es que me gusta, me gusta estar rodeada de humo pero totalmente consciente; y tengo que aceptar que extraño la ebriedad de las noches con una sonrisa suelta, pero sin la sonrisa, ¿para qué la ebriedad? Sabés que soy quisquillosa con ciertas cosas, como esa.
Ya no me siento cómoda al rededor de los viejos azabaches que nos cubrían en las noches y nos hacían reír, ¿te acordás como me costaba salir? Salirme de los huecos donde solita me metía. Esta vez no sé si podré salir, este hueco es más grande de lo que esperaba y mucho más oscuro de lo que conocía. Pero no es malo, ni bueno. Sólo es, ¿sabés? A veces las cosas no son malas ni buenas pero son y nada se le puede hacer. Como al aire que pasa y el automóvil que no se tiene y el pelo que se alborota y el corazón que se va. Y se fue. Quién iba a saberlo. Pero el que no puede fumarse el cigarro más suave, jamás podrá fumar. El que no se queda cuando tenía que quedarse, mejor que se largue... y ya.
¿Te conté que borré lo que había escrito? Lloré tanto, que ya lo olvidé.
ART
Ya no me siento cómoda al rededor de los viejos azabaches que nos cubrían en las noches y nos hacían reír, ¿te acordás como me costaba salir? Salirme de los huecos donde solita me metía. Esta vez no sé si podré salir, este hueco es más grande de lo que esperaba y mucho más oscuro de lo que conocía. Pero no es malo, ni bueno. Sólo es, ¿sabés? A veces las cosas no son malas ni buenas pero son y nada se le puede hacer. Como al aire que pasa y el automóvil que no se tiene y el pelo que se alborota y el corazón que se va. Y se fue. Quién iba a saberlo. Pero el que no puede fumarse el cigarro más suave, jamás podrá fumar. El que no se queda cuando tenía que quedarse, mejor que se largue... y ya.
¿Te conté que borré lo que había escrito? Lloré tanto, que ya lo olvidé.
ART
Jan 20, 2014
Tic-tac
Tic-tac. Se nos va. El tiempo se nos va. ¿A dónde? Nadie sabe; nadie entiende. Pero a algún lado se va. "Irse", gracioso verbo, ¿no? ¿Qué significa irse? Acaso alguien o algo alguna vez... ¿Se va? Yo no he visto nada irse. Ni a nadie, la verdad. Todo se queda, más bien se amontona. Cómo desearía que se fuera en vez de asentarse una cosa sobre la otra y en medio del lodo y el sol y luego lluvia de nuevo, todo se vuelve peor. Es todo un fastidio. ¡Andáte! ¡Andáte a algún otro lado! ¿No ves que ya no hay espacio? Ya tengo las mesas del bar llenas, los pasillos, la mesa de pool, la barra, incluso el techo tiene gatos correteando por ahí. No cabe nadie más. No cabe nada más. ¿Acaso no entendés? ¿Estás ciega o qué? Ya no cabemos. Y no nos vamos, no hay forma de irse. Pero el tic-tac sigue y la gente corre como si persiguiera la aguja del reloj en media ciudad, como si el tiempo fuera algo que se pudiera alcanzar. ¡Su velocidad no cambia! Ingenuos. Creen que se les va la vida y que luego el rincón que ocupaban quedara vacío, y peor aún, creen que se irán.
Tic-tac. Se para. Se nos para el tiempo y se nos para el alma y tengo el corazón lleno de fantasmas y demonios y ángeles, en una guerra constante de tranquilidad, como un amansalocos, una ritalina más efectiva, apenas para quemar la poca inteligencia, lo poco de chispa que queda en estas ciudades, y volver al reloj. Tic-tac. Se nos fue. Sé nos fueron años y no los vimos, la nostalgia nos ataca como si hubiéramos perdido. ¿Perdido qué? Nada ha desaparecido. La materia se va transformando en otra y de repente puede haber un poco de polvo donde hubo hojas, pero no hemos perdido nada. Es que no lo tuvimos. ¿No lo ves? No es nuestro. Pero está. ¡Y no se va la malparida! Ahí va una tras otra, hasta que tienen que ir unas encima de otras, y luego un día no se puede ni caminar. Malditas hojas. Malditas personas. Malditos recuerdos. ¡No se van!
Deberías largarte, para no extrañarte cuando seás polvo, como todo lo demás.
ART
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