Nov 7, 2018

Me falta y me sobra

Me faltan minutos de silencio para cargar con mis propios pensamientos, a veces me faltan torturas inciertas para recordar que llorar está bien. Me sobra el amor por otros hasta cuando siento que ni yo me merezco, y me entrego sabiendo que ni yo me tengo.
Me sobran caricias soñadas en algún futuro imaginario lleno de amor desmedido y libre de juicios. Entre tanto que construyo se me olvida la intención, tanto que me gusta organizar y sigo sin tener un plan.
Y es que a veces la luna se ve por mi ventana y me hace pensar que hay belleza hasta en las noches llenas de lágrimas; otras veces está tan nublado el cielo que se me olvida que las estrellas están ahí, aunque no las pueda ver.
Me falta espacio en mis lugares favoritos, no quepo. El universo que es tan infinito y yo que busco posada en los pasillos más angostos que pueda encontrar, que hasta cuesta respirar. Me cuesta acomodarme entre tanto ruido y tanta suciedad, a veces se me olvida que vivo en una ciudad, llena de contaminación sonora, y de todo tipo, pero sobre todo sonora.
Me falta el botón del medio de mi camisa favorita, el calor de la chimenea que ya nunca enciendo. Y entre tanta risa ingenua se me olvida que movernos requiere esfuerzo. Me da por sostener el mundo en las manos mientras caigo, todo con tal de huir de levantarme a mí misma. Pero aunque el mundo entero se sostenga en mis hombros, no hay suelo que evite mi caída; porque así funciona la gravedad, es una ley sin excepciones, un callejón sin salida.
Me sobra espacio en mi propia casa, y yo construyendo casas ajenas, siempre es más fácil mirar hacia afuera. Cada que me da por cerrar la ventana me acuerdo que el frío no viene del viento, la mayoría de las veces la tormenta la llevamos adentro y por eso las cobijas no son más que curitas y la chimenea tampoco serviría.
Al final las faltas y los sobros no son más que el reflejo de nuestra realidad, el balance no es una pluma que se mueve en el aire sino una llaga que hay que saber acomodar.
Hoy me acomodo la llaga entre lo que me sobra y lo que me falta, y me reitero, de nuevo, que hay que caminar, antes de poder volar.

ART

Un paso a la vez.

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