A veces entre el silencio y mis lágrimas hay más de una conclusión que no quiero ver. Como que el egocentrismo y las incapacidades emocionales son eslabones que no siempre puedo esquivar, que no siempre estoy dispuesta a caminar.
Otras veces entre la soledad que me visita y el anhelo de compañía recuerdo que muchos deseos son más una ilusión inexistente que un verdadero deseo, una construcción falsa, de alguien más.
Cuando camino sola me es más fácil caminar erguida, al agarrar una mano me da por recostarme y dejarme abrazar. Ahí es donde que te vean por encima del hombro duele más.
A veces entre el amor que siento y la lealtad que entrego hay un espacio de sabiduría, que me dice que no siempre es suficiente ni el amor que siento ni la lealtad que entrego.
Porque algunas veces me toma por sorpresa que se me escapen pedazos de corazón por un camino que sé que los va a aplastar. Porque el tiempo se encarga de recordarme que quien te toma de la mano y te abraza, para luego dañar, no debe tomarte de la mano nunca más.
ART
Se me quebraron las manos entre las tuyas.
No comments:
Post a Comment