y quemarnos.
Nos acercamos tan poco a otros corazones, tan cerca que podamos sentirlos, olerlos, que sean casi como nuestros.
La cercanía es valentía: pertenecerse, involucrarse, adentrarse con otro.
La practicamos tan poquito, que cuando pasa, y sale mal, se nos corta la voz, se nos acaba el aire.
Cada vez que permito una cercanía nueva, recuerdo que es una apuesta que muchas veces se pierde. Y perder a veces nos duele hasta matar.
Con el paso del tiempo, la cercanía se vuelve un lujo que no cualquier alma puede aguantar.
ART
A veces paso tanto tiempo encerrada en mi burbuja, que se me olvida lo duro que es eso de dejarse tocar el alma, para luego tener que volver a cerrar la puerta. Porque el alma duele fácilmente, y difícilmente regenera.
No comments:
Post a Comment