Apr 29, 2017

Pertenecerme

Pertenecer
al viento que se cuela
en los espacios,
a la tarde que se acaba,
a la risa espontánea.

Cubrir
de magia lo mundano,
de colores cada cana
hasta que sude el pasado
y se seque en las sábanas.

Acaecer
uno mismo en el tiempo,
en el lujo del instante
que parpadea incesante
de ternura y de deseo.

Pertenecer
al sollozo de la calma
en silencio,
al frío de la noche
en tu pecho.

ART

Yo quería pertenecerme, en vos.

Apr 12, 2017

Pantera Negra

Vivía en una selva enorme, con el clima perfecto para mi voraz apetito. Como buen felino, disfrutaba de carreras interminables bajo el sol, y de cacerías envidiables en las noches. Disfrutaba de mis paseos nocturnos por la selva, es un placer indescriptible sentir la libertad en el pelaje, en el viento, en las plantas. Mis ojos me permitían encontrarme con los tesoros más admirables en la naturaleza, con todo tipo de árboles, flores, especies.

Los búhos me fascinaban, con su introversión y calma. Cualquiera que los veía calculaba que tendrían más de mil años, tanta experiencia y sabiduría. Me enamoré de tantos búhos, pero siempre me decepcionaba cuando caía en realidad: Su sabiduría no quitaba la oscuridad de su alma. Engañan más de lo que se pueden imaginar, ¡son unos corruptos! Utilizan su imagen perfecta, su grandeza y su capacidad. Pero al final, se vendían a los brujos del bosque con tal de conseguir lo que quisieran. Se rodeaban de magia negra.

Los placeres momentáneos y yo no éramos amigos, ¿saben? Como felino audaz y comprensivo, para mí hacer las cosas bien y de frente era importante. La hipocresía no existía, mi presa nunca era sorprendida por la espalda, por ejemplo. La honestidad, la verdad, y la búsqueda de bienestar y equilibrio en el ecosistema siempre fue vital para mí.

Me decepcioné una vez más de los ojos más hermosos que había visto. Otra vez me acorraló, y desperté: Los mismos barrotes de hierro de los últimos 3 años, los mismos 20 metros para dar vueltas de un lado a otro. Sola con mi jaula.

Una pantera encerrada, condenada a enamorarse de búhos que la mandan de vuelta a su cárcel y su soledad. Condenada a sufrir las consecuencias de su ingenuidad.

ART

Como odio los zoológicos.




Apr 11, 2017

La mañana

La mañana infiltrada
entre el día libre y su calma
me dijo que hoy el frío anda
de vacaciones.
Y cuando vi que me miraba
como ronroneando en las sábanas
supe que la luz bajaba
por escalones.
Porque paso a paso entraba
por fracciones rayadas
a cubrir de mañana
estos colores.

ART

Apr 7, 2017

Apagar la luz

Se ha relacionado la luz con alumbrar tanto el camino como la mente, con esplendor, con positivismo, con auge. La oscuridad es su contraparte, una zona negativa, dañada, mala. Pero yo creo que la luz, a veces, nos encandila. Hay que apagarla de vez en cuando para ser nosotros mismos, para encontrarnos.

Hay que enfrentarse a la falta de luz para interiorizar, para que en vez de estar viendo el camino, en vez de estar viendo el espacio alrededor, justamente por lo alumbrado que está, podamos olvidarnos de nuestros ojos y cerrarlos, entrar en la oscuridad de nuestra alma y nuestro pensamiento. Enfrentarnos.

Me gusta apagar la luz cada cierto tiempo, y reencontrarme. Caminar despacio por mis propios pensamientos, sentirlos en vez de mirarlos. Los ojos nos opacan tanto los demás sentidos. ¿Qué me dicen del tacto? Si prestáramos más atención disfrutaríamos tanto las texturas que rozamos cada día.

Incluso los audífonos mientras camino a veces hacen que no pueda escucharme, entenderme. Por ejemplo, cuando escribo, necesito que la música esté, o muy baja, o apagada. Es lo mismo con la luz. Nos cuesta tanto lidiar con la oscuridad, porque nos da miedo. Nos asusta apagar la luz y en vez de ver para afuera, sentir para adentro. Ni siquiera es ver, porque no hay nada que ver. Esto no es una tarea que le corresponde a nuestros ojos, si no a todos los demás sentidos. Incluso al sexto, al controversial sexto sentido que muchos creen que no está, pero ahí lo tenemos; latente, pero dormido.

Me encanta descubrir que la ausencia de luz es como un portal a un mundo de sensaciones nuevas. La vaga idea de que la respuesta a la búsqueda de paz es más un estado, que una respuesta. No es una palabra, no es una acción. No está en los textos motivacionales, ni en la motivación misma. No está en tranquilizantes, ni en el descanso, ni en el sueño. Mucho menos en la euforia o en la excitación. Es un estado, una sensación intrínseca que obviamos; como un lugar, pero adentro. La zona oscura, la zona pura.

Hay que apagar los distractores, lo exterior; cerrando los ojos. Apagar la luz para encendernos por dentro.

ART

"El humano se levanta cada mañana, se viste con su saco y corbata, piensa en su próximio auto, en su trabajo, lee el periódico, saca el perro a pasear. Vive en esta eterna pantomima, este teatro, esta mentira, simplemente porque es un cobarde, porque es incapaz de lidiar con el peso de su propia alma"

Hay que apagar la luz, y lidiar con nosotros mismos.