Gracias por venir a recordarme
cómo se sentía abril
y gracias por irte tan rápido
y dejarme todo este dolor,
sólo para mí.
Al final este corazón roto
se obligará a reconstruir
y no hay nada más fresco
que piel nueva,
llena de mí.
Gracias por ser uno más
de los que enseña por enseñar,
que tal vez que si voy que si tengo,
pero ahora sé lo que no.
Gracias por hacerme ser
esmalte viejo
carro desarmado
cadáver en carretera
alguno de tus trapos.
Es después de tales días
que me encuentro en el espejo
en el que ya no estás
donde ya no te quiero.
Gracias por venir a recordarme
que ya se nos va abril
y que con él serás un recuerdo
en pretérito perfecto,
lejos de aquí.
ART
Yo no soy tu amor del mes.
Apr 27, 2016
Apr 16, 2016
Tenerte
Tenerte entre las ideologías de la mente, y el calor del cuerpo, es de las locuras más placenteras que he experimentado. Recorrerte como quien construye su propio hogar, labrando con cuidado cada milímetro de ser.
Amarrarte como quien da pasos para atrás en sus analogías y así calzar en el egoísmo constante de posesión.
Dominarte dentro de mis juegos de roles en la cama por la desesperación de sentirte.
Sumergirme en vos como agua de mar por este deseo de pertenecerte.
Tenerte de día y de noche, aquí o allá, en las pupilas. Dilatándome cerca tuyo como quien por fin mira su propia sonrisa.
Extrañarte por pura osadía matutina, berrinche de desayuno, porque al fin y al cabo el tiempo pasa y el libro queda inconcluso.
Tenerte por siempre escrito en la sangre, porque ya no hay vuelta atrás. Llevarme tus labios en la espalda hasta donde podamos llegar.
Tenerte como realidad de amor en vez de historia lejana, clavado como el primer rayo de luz de la mañana.
ART
Apr 3, 2016
Quemaduras
Siempre supe que iba a morir, pero jamás pensé que experimentaría repetidas muertes estando viva.
Empieza despacio, doliendo como quien prende una vela aunque no se haya ido la luz, para materializar la nostalgia, para extrañar. Para orarle a un Dios en el que no creo sólo porque vos si, y pensar que alguna te vi sonreír. Es un ardor agudo, como cortarse con una hoja de papel; es tan solo el primer escalón.
Estamos en la zona roja, dolorosa, seca.
Vos seguís;
sonreída,
escondida.
Luego, me duele como cuando se va el aire de un buen golpe en la boca del estómago, y las lágrimas salen en un silencio absoluto. Hemos subido de escalón, como era de esperarse. Ahora ya empiezo a carbonizarme, a perder la piel.
Vos seguís;
enaltecida,
engreída.
Avanzando, me duele como si me hubiera quemado la piel ya en grados mayores al segundo, y estoy esperando pacientemente a que llegue al último para que sea totalmente indoloro y me mate de una vez.
Acá estoy, entre quemaduras de tantos grados, en tantos lados, que solo es cuestión de tiempo.
Vos seguís;
encendida,
asesina.
Me quema el pecho la ira acumulada de tantas desesperanzas, como quien pierde el último vuelo de su vida, en alguna explosión. Y sigo sintiendo como avanza el fuego, tu fuego.
Me sudan las manos, ahogándose por oprimir algo. Me explota el cuerpo por dentro mientras me quemo, pero espero paciente el final.
Vos seguís;
aturdida,
vencida.
Porque vos ahora, por fin, sos una quemadura de cuarto grado, y ya no te siento más.
ART
Hay quemaduras inevitables, sólo quedaba esperar.
Empieza despacio, doliendo como quien prende una vela aunque no se haya ido la luz, para materializar la nostalgia, para extrañar. Para orarle a un Dios en el que no creo sólo porque vos si, y pensar que alguna te vi sonreír. Es un ardor agudo, como cortarse con una hoja de papel; es tan solo el primer escalón.
Estamos en la zona roja, dolorosa, seca.
Vos seguís;
sonreída,
escondida.
Luego, me duele como cuando se va el aire de un buen golpe en la boca del estómago, y las lágrimas salen en un silencio absoluto. Hemos subido de escalón, como era de esperarse. Ahora ya empiezo a carbonizarme, a perder la piel.
Vos seguís;
enaltecida,
engreída.
Avanzando, me duele como si me hubiera quemado la piel ya en grados mayores al segundo, y estoy esperando pacientemente a que llegue al último para que sea totalmente indoloro y me mate de una vez.
Acá estoy, entre quemaduras de tantos grados, en tantos lados, que solo es cuestión de tiempo.
Vos seguís;
encendida,
asesina.
Me quema el pecho la ira acumulada de tantas desesperanzas, como quien pierde el último vuelo de su vida, en alguna explosión. Y sigo sintiendo como avanza el fuego, tu fuego.
Me sudan las manos, ahogándose por oprimir algo. Me explota el cuerpo por dentro mientras me quemo, pero espero paciente el final.
Vos seguís;
aturdida,
vencida.
Porque vos ahora, por fin, sos una quemadura de cuarto grado, y ya no te siento más.
ART
Hay quemaduras inevitables, sólo quedaba esperar.
Subscribe to:
Posts (Atom)