Sep 10, 2014

Te dejé

Vos dormida, dándome la espalda, sin ningún interés en verme a los ojos una vez más.
Vos caminando de otra mano con la sonrisa de oreja a oreja, la felicidad más grande que has sentido; y yo, sonriendo por vos, esperando que el carbón de piel que tenés ahora volviera a suavizarce, y, quedita, soñando aún con tu mirada mañanera, esperando que el recuerdo de tu voz me alcanzara por siempre. 
Esperé por última vez anoche, con el cigarro que no me quise fumar con tal de largarme de este lugar.
Me fui parloteando con un taxista desconocido, y llegué a mi casa con una satisfacción que no sentía desde que te fuiste: la comodidad. Mi tan codiciada comodidad que nadie entiende, que tanta falta hace, que existe en soledad y no le gusta tanto la compañía entonces cuando encuentra el confort, le es difícil moverse. 
Pero, ¿adiviná qué? Dejé de esperar y decidí volver a casa, sola. Dejé aquel lugar lleno de esperanzas, un constante lagrimeo, sacudidas, culpa. Dejé mi promesa a medias y, sobre todo, te dejé a vos. 

ART

Vos te fuiste, pero yo te dejé.